El reloj marcó las 8.30 de ayer y el Banco Central publicó en su web el Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, con una importante novedad: una fuerte corrección en la proyección del PIB 2018, que pasó desde un rango de 3,25%-4% de junio, a uno de entre 4%-4,5%. Para 2019 mantuvo el rango entre 3,25%-4,25%, pero redujo a 2,75%-3,75% el crecimiento 2020.

Estas cifras se ubicaron por sobre las previsiones de los analistas que elevaban en un cuarto de punto el piso de la proyección y mantenían 4% como techo, tomando en cuenta que el Imacec de julio de 3,3%- si bien estuvo por sobre lo previsto- confirma el bajo dinamismo del sector no minero y el inicio de un periodo de contracción de la actividad minera.

Sobre el punto, el presidente del Banco Central, Mario Marcel señaló que "tratamos de ser lo más realistas posibles" destacando el buen ritmo de los dos trimestres previos (de 4,8% y 5,3%) y recalcando la recuperación de la demanda interna y el progresivo cierre de las brechas de capacidad. Marcel explicó que la proyección es compatible con un crecimiento de menor velocidad en el segundo semestre, de entre 3,1% y 4,2%.

¿Qué pasa con el escenario externo?

El presidente del BC enfatizó que "no podemos minimizar los riesgos externos, pero tampoco podemos actuar como que el peor escenario se hubiese materializado" y que los riesgos cambiarios por el dólar -que ayer retrocedió hasta $688- "son extremadamente bajos".

El presidente Sebastián Piñera señaló que "mayor crecimiento e inversión significa más y mejores empleos, mejores salarios y oportunidades y mayor ingreso fiscal", mientras que el ministro de Hacienda Felipe Larraín agregó que "nos interesa que las buenas cifras se traduzcan en mejorías para la gente" y pidió serenidad ante las turbulencias externas.

El propio IPoM plantea que "el balance de riesgos del escenario externo relevante para Chile se mantiene sesgado a la baja", siendo el principal el escenario externo y un eventual deterioro abrupto de las condiciones financieras para las economías emergentes, mientras que para el escenario interno "están balanceados".

¿Qué dice el mercado?

La reacción general fue de sorpresa y los análisis se dividieron entre quienes consideraron la proyección ajustada al escenario actual y los que plantearon que es optimista. Entre los primeros se ubican Carolina Grünwald de LyD; Sergio Lehmann de BCI; Miguel Ricaurte de Itaú, Matías Solorza de BanChile y Sebastián Cerda de Econsult. Grünwald plantea que la proyección era previsible porque en "las cuentas nacionales venían sorpresas en el producto y la tasa de inversión", idea con la que concuerda Lehmann, quien agrega que "estamos alineados en inversión y consumo".

Ricaurte apunta a que "no está fuera de lo plausible" calificando de "coherente la visión del Banco Central". Incluso, Solorza asevera que frente al escenario externo "el shock está siendo absorbido por el tipo de cambio, lo que compartimos".

Una visión más crítica comparten Waldo Riveras de Scotiabank; Gabriel Cestau de Santander y Nathan Pincheira de Fynsa. Para Riveras, el rango proyectado "nos parece optimista a la luz de los datos recientes de actividad sectorial y el propio Imacec de julio", sumando un posible empeoramiento en las expectativas, un mercado laboral aún débil y el escenario externo menos favorable.

Esta análisis es compartido por Cestau. "Consideramos que los riesgos del escenario externo podrían tener un efecto mayor a lo previsto en el IPoM", lo que "para una economía como la chilena podría ser algo más relevante, por la vía de un menor precio del cobre y la ralentización de la actividad de nuestros principales socios comerciales".

Efectos de la guerra comercial

"Una vez que sale el genio (del proteccionismo) de la botella no es fácil volverlo a encerrar, es por eso que creo que estaremos preocupados por un buen tiempo", señaló el presidente del Banco Central, Mario Marcel al referirse a los escenarios posibles que involucra la guerra comercial que desató el gobierno de EEUU.

De hecho en un recuadro especial dentro del IPoM, se explican los canales a través del cual se podría afectar a Chile si esta ola proteccionista escala.

Uno sería un menor crecimiento de los socios comerciales de Chile, en particular de China; dos, podría haber un deterioro significativo de las condiciones financieras para el mundo emergente; y tres, podría llevar a una reducción sostenida del precio del cobre por debajo de su nivel de largo plazo (US$2,7). "Este encuadre externo generaría peores términos de intercambio, una depreciación del peso y menores perspectivas de crecimiento, especialmente por un ajuste a la baja en la inversión" indicó el informe.