La tradicional exposición del Informe de Política Monetaria ante Icare realizó ayer el presidente del Banco Central, Mario Marcel, donde delineó el escenario para la economía en el último cuarto del año y 2020 como consecuencia de la crisis social. Allí, señaló que "este Ipom está marcado por los sucesos de los últimos meses, que han tenido un impacto muy fuerte en la economía y sobre las personas" y que reviste características particulares por ser "una crisis local que ha actuado con mayor rapidez".
Marcel ratificó el bajo crecimiento esperado para el cuarto trimestre de -2,5%, con un PIB 2019 que cerrará en 1%, y las difíciles perspectivas para 2020, donde se prevé un rango de entre 0,5% y 1,5% y con un desempleo que esté "sobre el 10% en el primer trimestre", pese a lo cual reiteró que "no proyectamos una recesión técnica". Enfatizó el efecto positivo que podría tener el proceso de reconstrucción y el impulso fiscal. "Intuitivamente, si hay una caída instantánea de la actividad, y se inicia un proceso de reconstrucción, es probable que no tengamos un trimestre peor que el anterior", sostuvo y llamó a actuar con "generosidad y compromiso" para mitigar la crisis y a "reconocer desequilibrios en la economía y la sociedad" con sentido de urgencia en las medidas, ratificando el compromiso del BC con el control de la inflación.
Sobre las medidas que ha tomado el BC para acotar la incertidumbre como la intervención del mercado cambiario por US$ 20.000 millones destacó que "ha sido bastante efectiva para los efectos que se buscaban".
En la ronda de preguntas, Marcel también abordó el debate constitucional, señalando que si bien se mantendrá abierto por dos años, si se mira la experiencia internacional de los últimos 25 a 30 años "no vamos a encontrar muchos casos en los cuales se haya producido un problema económico significativo por el hecho de haber tenido una discusión constitucional".