El Banco Central Europeo (BCE) volvió a recortar las tasas de interés este jueves ante la desaceleración de la inflación y el crecimiento económico, pero apenas dio pistas sobre su próximo paso, en un momento en que los inversionistas apuestan por una relajación constante de la política monetaria en los próximos meses.
El BCE redujo su tipo de depósito en 25 puntos básicos, hasta 3,50%, en una medida ampliamente esperada, tras un recorte similar en junio, mientras la inflación está ahora a un paso de su objetivo del 2% y la economía local bordea la recesión.
Ante la expectativa generalizada, la atención de los inversionistas se ha centrado ya en lo que vendrá después, pero el BCE no arrojó ninguna luz al respecto, ya que se atuvo a su directriz de que las decisiones se tomarán reunión por reunión, sin compromiso previo con ninguna senda en particular.
“El Consejo de gobierno continuará aplicando un enfoque que dependerá de los datos y que se adoptará reunión por reunión para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción”, dijo el BCE en un comunicado.
Agregó que “no se está precomprometiendo con una senda de tipos concreta”.
Lagarde
El mensaje fue reafirmado en una conferencia de prensa posterior de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en la que redujo las expectativas de una baja de tasas de interés en octubre y dijo que la entidad dejará que los datos económicos dicten la próxima medida monetaria.
“Vamos a decidir reunión por reunión”, afirmó. “No les estoy dando ningún compromiso de ningún tipo en lo que se refiere a esa fecha en particular y nuestro camino no está predeterminado en absoluto”, agregó.
La entidad monetario rebajó este jueves su previsión de crecimiento económico para 2024, pero sigue previendo una inflación en línea con su objetivo del 2% para fines de 2025.
El BCE ha luchado contra una inflación galopante en los últimos tres años, pero en junio empezó a bajar los tipos de interés desde máximos históricos, en un momento en que las presiones sobre los precios se están moderando claramente.
La debilidad del crecimiento es uno de los principales motivos de la moderación de la inflación y el la economía de los 20 países que comparten el euro crecería 0,8% este año, por debajo del 0,9% previsto hace tres meses. La inflación se situaría en 2,2% el año próximo, por encima del objetivo del 2% fijado por el BCE, pero la trayectoria de las previsiones apunta a un descenso en el segundo semestre.