Una serie de modificaciones realizó el Banco Central a las normativas que regulaban las cuentas de ahorro, con el objetivo de modernizarla, pero también de permitir a usuarios que no cuentan con el producto, tener acceso “al ahorro junto a la posibilidad de ser utilizados como medios de pago adecuados a la tendencia actual del uso de nuevas tecnologías”.
Según dijo la entidad en una minuta explicativa, la nueva regulación elimina los límites al número de giros, sin pérdida de intereses y/o reajustes respecto de los saldos promedio mantenidos en la cuenta de ahorro, permitiendo que sea acordado en el respectivo contrato entre las partes. Además, posibilita el cálculo y pago de intereses por los saldos promedio mantenidos en cuentas de ahorro, en diferentes plazos (quincenal, mensual, anual, otros), lo que deberá hacerse constar en el contrato de apertura respectivo.
Junto con ello, las modificaciones posibilita la apertura de cuentas de ahorro a plazo, sin previo depósito inicial asociado a la misma, bajo condiciones que confirmen la obtención del consentimiento expreso del cliente.
Adicionalmente, los cambios permitirán la apertura remota de cuentas; la entrega de acceso y manejo de todos los aspectos de la cuenta a través de canales online, además de promover el uso de medios electrónicos para entrega de certificados, estados de cuenta y otros documentos asociados.
Los cambios no son menores. Según explicó el Banco Central, las antiguas normas mantenían restricciones como el limitado número de giros que los usuarios podían realizar, que de superarlos estaban asociados a la pérdida de reajuste e intereses en caso de superar dicho límite dentro del período establecido de un año.
Adicionalmente, el cálculo de intereses y reajustes se aplican y abonan en un período fijo de 12 meses; y la tasa de interés anual a pagar puede ser fijada libremente por las instituciones financieras y podrá cambiarse dentro de los primeros 10 días de cada mes, de forma unilateral.
Según el organismo, las modificaciones permitirán a las instituciones financieras establecer condiciones que faciliten la comercialización de nuevos productos de cuentas de ahorro a plazo, en formatos más flexibles que otorguen mayor liquidez, y también “permitirá un desarrollo más adecuado del producto en función de las posibilidades tecnológicas actuales, generando mayor competitividad en la industria y ampliando las posibilidades de bancarización a un mayor porcentaje de la población, bajo una estructura de productos con bajos costos asociados y que resulten sencillos de entender y operar. Esto, a su vez, permitirá a sus clientes acceder al pago de intereses en una mayor variedad de plazos, y la posibilidad de ahorrar en forma segura, con mayor disponibilidad de esos fondos, ante menores posibilidades de pérdida de intereses relacionada al número de giros”.
A junio del 2021, se registraban más de 12 millones de cuentas de ahorro, de las cuales más de 8,5 millones de personas eran titulares y cuyo saldo acumulado superaba los 10 billones de pesos.