La inflación tardará más tiempo en reducirse y, por ende, la Tasa de Política Monetaria (TPM) se mantendrá alta más tiempo de lo previsto. Esos son los principales mensajes que envío el Banco Central luego de mantener intacta en 11,25% la tasa de interés por sexto mes consecutivo. La decisión fue adoptada de manera unánime por los cinco consejeros del ente rector.
Esto da cuenta que las presiones inflacionarias no desaparecerán tan rápido como se esperaba y confirma que en el Informe de Política Monetaria (IPoM) -que el ente rector publicará este miércoles- elevará su previsión de IPC para el cierre de 2023, que actualmente es de 3,6%.
Para el BC, “la economía se está ajustando más lento que lo previsto” y “la inflación está tardando más en reducirse”. En este contexto, el BC advierte que “el Consejo considera que será necesario mantener la TPM en 11,25% hasta que el estado de la macroeconomía indique que el proceso de convergencia de la inflación a la meta de 3% se haya consolidado”. Así resaltan que “de acuerdo con el escenario central del IPoM de marzo, esto tomará más tiempo que lo previsto en diciembre”.
Asimismo, mencionan que el Consejo reafirma su compromiso de actuar con flexibilidad en caso de que alguno de los riesgos internos o externos se concrete y las condiciones macroeconómicas así lo requieran”.
El foco en la inflación
Para la entidad el foco central de la coyuntura actual es que “la inflación sigue siendo elevada”. En su argumentación mencionan que, en febrero, la inflación total y subyacente se ubicaron en 11,9% y 10,7% anual, respectivamente. “Si bien la inflación total ha descendido, la inflación subyacente se mantiene en niveles similares desde hace varios meses. Además, ha acumulado una sorpresa al alza relevante en los últimos meses. La mayoría de las medidas de expectativas de inflación a dos años plazo continúan por sobre 3%”, puntualizan.
En cuanto a los datos de actividad de fines de 2022 e inicios de 2023, estos muestran que el proceso de ajuste de la economía ha sido más lento que lo previsto. “Descontada la estacionalidad, el Imacec no minero de febrero tuvo un aumento de 0,1%, con alzas en la actividad del comercio y la industria”.
No obstante, sostienen que “en el cuarto trimestre del año pasado, el consumo de los hogares cayó 0,7% respecto del trimestre previo, en su serie desestacionalizada, reduciendo su velocidad de ajuste respecto de los trimestres inmediatamente anteriores”. Y señalan que “el mercado laboral da cuenta de un aumento en el empleo y la participación, con un desempleo que subió a 8,4% a nivel nacional. La percepción de los hogares y las empresas sigue en niveles pesimistas, aunque ha mejorado respecto de meses previos”.
Los economistas coinciden en que ahora el proceso de reducción de la tasa de interés comenzaría recién en el tercer trimestre, incluso alguno lo ven en septiembre. Esto porque la inflación no cederá de manera acelerada como se anticipaba.
Uno de ellos es Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, quien indica que “el Banco Central introduce un tono más duro en su comunicado, dando cuenta de que la inflación se mantiene elevada, al tiempo que la actividad se ha mostrado algo más favorable de lo previsto”. Por ello, ve que “el recorte de tasas se iniciaría hacia el tercer trimestre”.
Ricardo Consiglio, economista jefe de Zurich AGF, acota que el principal mensaje que se envía “es que aún es temprano para comenzar a reducir tasas dado los altos niveles de inflación y de sus expectativas por lo que la convergencia a la inflación tomará más tiempo de lo esperado”. Coincide en que el inicio de los ajustes podría “ocurrir durante tercer trimestre del año”.
Para Claudia Sotz, economista jefe de Tanner, comenta que este comunicado “revela claramente la preocupación latente que se tiene sobre la convergencia inflacionaria al 3%, la que aparentemente tomará más tiempo del que se pensaba”. Mientras que Felipe Alarcón, economista de Euroamerica ve que “el tono del comunicado da la sensación de julio o septiembre, pero se guarda la decisión definitiva de acuerdo a lo que vaya sucediendo, lo cual es súper razonable dado el escenario externo que se ha tornado muy volátil”.
Las fluctuaciones del mercado financiero
En su comunicado, el instituto emisor resaltó que los mercados financieros globales han mostrado fluctuaciones importantes en el último mes, revirtiendo el mejor tono que observaban hasta inicios de marzo. “Las tasas de interés han disminuido de forma significativa, mientras las bolsas y monedas han mostrado movimientos mixtos, en medio de un menor apetito por riesgo”.
Respecto de la Reunión de enero, sostienen que los precios de las materias primas, en general, han disminuido. “El precio del cobre se ubica en torno a US$4,1 la libra (-3% desde la última Reunión), mientras que el del petróleo disminuyó a US$79 el barril (-5% desde la última Reunión, para el promedio WTI-Brent)”, puntualizan.
Ahora bien, comentan que en general, el mercado financiero local ha seguido las tendencias de los mercados globales. “Las tasas de interés de largo plazo han descendido en las últimas semanas. Con vaivenes, el tipo de cambio nominal se apreció en torno a 11,5% respecto del Informe de Política Monetaria de diciembre, en parte debido a la consolidación de la disminución de la incertidumbre interna”.
En el plano externo, comentan que, hasta inicios de marzo, se configuraba un entorno con mejores perspectivas de crecimiento mundial y una mayor preocupación por la inflación, particularmente porque los indicadores subyacentes permanecen en niveles elevados en varias economías. No obstante, en las últimas semanas, afirmaron que “la atención se ha volcado hacia la salud financiera de algunos bancos de economías desarrolladas. Las autoridades han tomado diversas acciones para contener el impacto de estos episodios. Con todo, la volatilidad e incertidumbre sobre el escenario futuro permanece elevada”.