No hubo sorpresas en el comunicado de política monetaria entregado ayer por el Banco Central, en que el Consejo liderado por Mario Marcel, decidió en forma unánime mantener la tasa rectora en 2,5%.
Donde sí hubo novedades, es que el ente rector fue mucho más explícito que en comunicados anteriores respecto de la convergencia de la Tasa de Política Monetaria (TPM) para los próximos trimestres en camino hacia una normalización, descartando así la necesidad de mayores estímulos para la economía doméstica.
De hecho, el texto señala que "el Consejo prevé que la tasa de política monetaria irá retornando a su nivel neutral durante los próximos trimestres, en línea con el supuesto de trabajo utilizado en el último IPoM". Esto se traduce que el escenario base del Central, considera que la tasa de interés estará en 2,75% a diciembre.
Esta ratificación explícita de la normalización de la tasa rectora se daría pese a que el BC reconoce una mayor incertidumbre por la guerra comercial entre China y EEUU, tema que también fue analizado.
Según el Central, "se han intensificado los riesgos asociados a un escenario de conflicto comercial entre EEUU y otras economías, en particular China", destacando el efecto en los mercados, la depreciación del yuan y las caída de los precios de materias primas, en particular el cobre. Sin embargo, y pese a la incertidumbre, el ente emisor subraya que "las proyecciones de crecimiento mundial no ha mostrado cambios", a lo que se suma cifras de actividad doméstica mayores a las esperadas como consecuencia de un mayor nivel de inversión. Por contrapartida, advierte nuevamente por el rezago del mercado laboral.
Expertos
El consenso del mercado sigue lo expresado por el Banco Central, ya que la mayoría de los expertos prevén que la tasa de interés suba en diciembre. No obstante, existen voces que apuntan a un alza tan pronto como octubre y otra que se produzca a inicios de 2019.
Según Nathan Pincheira, economista de Fynsa, el contenido del comunicado "no mueve mucho la brújula respecto de lo que debiese hacer el Central en los próximos meses, pero sí deja explícito el camino en el caso de que las presiones comerciales disminuyeran porque la economía va bien, en general se ve un escenario bueno".
En esa línea, el economista jefe de Itaú, Miguel Ricaurte plantea que "el BC parece no tener prisa por subir las tasas" y advierte un escenario en que "la inflación permanece bajo control y en línea con las expectativas", pese a la reciente depreciación del peso que ha tenido "un impacto en las perspectivas de inflación a corto plazo", subraya.
Coincide Antonio Moncado de BCI al señalar que las perspectivas de inflación de corto plazo se han ido elevando, a través de un efecto tipo de cambio sobre esas expectativas y por esa razón el BC "también menciona los impactos que podrían estas asociados a la guerra comercial y lo menciona como riesgo si es que la tensión comercial se agudiza. Es decir, señala que las expectativas de guerra comercial no han gravitado en las expectativas en torno a la actividad mundial, pero es cauto sobre los impactos".
Waldo Riveras de BBVA señala que el Consejo vuelve a mencionar la depreciación del peso explicada por el deterioro de los términos de intercambio, "pero esta vez destacando que ha sido multilateral y no más acotada que otras monedas". Desde esa perspectiva, acota, "el impacto inflacionario es de mayor preocupación para la política monetaria respecto a depreciaciones explicadas por apreciación del dólar global. En ese contexto, el BC debería estar algo más preocupado por las consecuencias inflacionarias de la depreciación nominal y real reciente".