Luego que a inicios de diciembre el consejo del Banco Central, después de un año y medio de consecutivas alzas en la tasa de interés, resolviera dejar la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 11,25%, precisando que el ciclo de incrementos, que comenzó en julio de 2021, se da por finalizado. Sin embargo, las minutas del encuentro realizado el 6 de este mes confirmaron que el instituto emisor no tiene definida una fecha para iniciar el ciclo de bajas.

“Todos los consejeros coincidieron en que los antecedentes conocidos desde la reunión de octubre eran, en lo grueso, coherentes con la decisión anunciada en ese momento. Esto era que, tras subir la TPM a 11,25%, el consejo había comunicado que se ubicaba en el nivel máximo del ciclo iniciado en julio de 2021 y que se mantendría en ese valor por el tiempo necesario para asegurar la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política de dos años”, señalan las minutas del encuentro dadas a conocer este jueves.

En ese contexto, todos los consejeros del Banco Central concordaron en que la única opción plausible era mantener la TPM en 11,25%.

Además, los miembros del ente emisor concordaron en que los desarrollos de los últimos meses indicaban que la economía estaba en una fase de ajuste y que la inflación comenzaría a ceder. No obstante, esto no implicaba que los esfuerzos por reducir la inflación debían disminuir, ni mucho menos pensar que el problema inflacionario estaba resuelto, según advirtieron los consejeros en las actas.Por el contrario, aún restaba camino para que la evolución de la macroeconomía indique que el proceso de convergencia de la inflación a la meta se había consolidado.

“Todos los consejeros estuvieron de acuerdo en que los puntos de inflexión de la política monetaria estarían basados fundamentalmente en una evaluación del estado de la economía y no en fechas específicas”, indican las minutas.

En esa línea, hubo acuerdo en el consejo de que el compromiso clave y esencial era luchar para que la inflación volviera a 3% en dos años, que era la forma de evitar costos excesivos e innecesarios para la población.

“Comenzar prematuramente el proceso de recortes de la TPM podría tener efectos negativos en materia de persistencia inflacionaria y, por lo tanto, sobre la actividad económica, en la medida que se materializaran escenarios de sensibilidad que obligaran a pausar o incluso revertir dicho proceso”, agregan las actas.

Además, desde el Banco Central sostienen que comenzar en el corto plazo la baja de la TPM podría afectar adversamente la comunicación de la política monetaria y la credibilidad del organismo. En todo caso, también existían escenarios del Banco Central en que la inflación podría reducirse más rápido, situación a la que el consejo también estaría atento, añaden.

Luego de alcanzar el peak de inflación anual de 14,1% en agosto, siendo este el nivel más alto en 30 años, en septiembre el instituto emisor agregó que se redujo a 13,7% y en octubre la inflación siguió esa senda ubicándose en 12,8%.