El Banco Central publicó un documento de investigación que aborda la importancia macroeconómica de la intermediación financiera, en particular del sector bancario, sus características de cómo operan en Chile, y su relación con las políticas monetarias y financiera.
“Intermediación Financiera y Banca Central en Chile”, se llama el trabajo que resume la investigación interna y externa al Instituto Emisor que se realizó se enmarca en la agenda de investigación permanente del Banco, programa que tiene por objetivo facilitar la comprensión de la economía y el marco de análisis respectivo.
El documento presenta una caracterización del funcionamiento del sector bancario y sus implicancias desde una perspectiva empírica. Su relevancia radica en que una buena comprensión del sector bancario y de su impacto en el resto de la economía, son claves para entender los alcances de las políticas monetaria y financiera, sus mecanismos de transmisión y su efectividad.
Entre las principales conclusiones, se menciona que un sector bancario desarrollado, competitivo e inclusivo, asociado a un mercado financiero profundo y a un contexto de solidez institucional y estabilidad macroeconómica, contribuyen al crecimiento y a la productividad, y pueden aumentar de manera significativa el bienestar de la población.
Sin embargo, añade el documento, que, por sus características propias, el sector bancario podría ser también una fuente de inestabilidad macroeconómica. Por ello, “es crucial contar con mecanismos de mitigación, dentro de los cuales la regulación juega un rol central. En el caso de Chile, el sector bancario es un actor clave tanto para el cumplimiento del objetivo de estabilidad financiera del Banco Central, como por el rol directo que juegan los bancos comerciales en los mecanismos de transmisión de la política monetaria para el cumplimiento del objetivo de estabilidad de precios”, dice la investigación.
La investigación menciona que “Chile experimentó en las últimas dos décadas un fuerte desarrollo del mercado de capitales y un crecimiento sostenido del crédito bancario en un contexto de riesgos acotados. Este desarrollo financiero permitió a un número creciente de hogares y empresas en Chile acceder a servicios financieros en condiciones competitivas, mejorando la distribución de riesgos, fomentando el crecimiento económico y reduciendo la desigualdad del consumo”. Más aún, acota el texto, “los mecanismos de regulación y supervisión, la estabilidad macro financiera y el desarrollo general del mercado de capitales han permitido mantener acotadas las vulnerabilidades inherentes a la actividad bancaria”.
En términos empíricos, sostiene el documento, se establece que, “si bien la concentración bancaria en Chile ha aumentado en las últimas décadas, ésta se encuentra por debajo de lo observado en economías desarrolladas”.
Es más, subraya la investigación, “los análisis efectuados sugieren que este fenómeno de mayor concentración no ha reducido la competencia ni la eficiencia de la banca. Por otra parte, la prociclicidad inherente a los sistemas bancarios se ha visto moderada por el rol jugado por Banco Estado y las políticas financieras adoptadas en momentos de crisis que han operado a través de la banca en general”.
El documento puntualiza que “el Banco Central cuenta con instrumentos diferenciados para lograr sus objetivos de estabilidad de precios y estabilidad financiera. Estos instrumentos pueden interactuar de manera relevante, por lo que deben ser utilizados de manera coherente”. Por ello, se pone énfasis en que la coordinación entre la política monetaria y la política financiera plantea desafíos, especialmente en tiempos normales, donde en última instancia se requiere juicio experto para poder estimar el origen, fase y prospectos de los ciclos crediticios y económicos”.
En ese sentido, se destaca que en particular durante la crisis Covid-19, además de garantizar el funcionamiento normal del sistema financiero, el Banco Central, en coordinación con otras instituciones, adoptaron políticas de magnitud inédita para estimular el crédito, con el objetivo de evitar que la falta de liquidez llevara a la quiebra a empresas solventes”.