El Banco Central informó este martes que solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) una Línea de Crédito Flexible (FCL, por sus siglas en inglés) de dos años por un monto de US$23.800 millones.
De acuerdo con el ente emisor, esta línea permitirá aumentar en más de 60% la disponibilidad de liquidez internacional de acceso inmediato para el Central.
“Sobre la base de los sólidos fundamentos económicos, los marcos de política institucional y el historial de Chile, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, tiene la intención de recomendar la aprobación del acuerdo Línea de Crédito Flexible para Chile”, indicó el comunicado del organismo internacional.
“Las autoridades chilenas tienen la intención de tratar la línea de crédito como precautoria”, agregan desde el FMI, tras una reunión informal de su directorio ejecutivo para abordar la solicitud del Banco Central. “Esta línea de crédito ayuda a salvaguardar contra las conmociones externas al proporcionar a los países marcos de política muy sólidos y hacer un seguimiento de los registros de desempeño económico con acceso amplio y por adelantado a los recursos del FMI sin condiciones ex post”, detallaron, informando que la decisión se tomará en las próximas semanas. Desde el Fondo subrayaron a PULSO que esta línea no es un “instrumento de emergencia”.
La autoridad chilena agregó que esta línea es parte de la estrategia del BC para fortalecer su instrumental frente al riesgo que se acentúen o prolonguen las condiciones económicas negativas derivadas de la crisis del coronavirus.
“Esta provee un respaldo significativo, no solo para enfrentar shocks externos más severos y elevar la confianza de los mercados, sino también para ampliar el conjunto de herramientas de que dispone el Banco para apoyar la transmisión de la política monetaria y contribuir a la estabilidad financiera”, dijo el BC.
El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, indicó que “es importante dejar explícito que esta línea no es un préstamo al gobierno de Chile y, por ende, no está destinada a financiar gasto público. Es importante destacar, además, que esta línea puede ser vista como un seguro adicional a la sólida posición que el BC ya tiene para enfrentar shocks externos”.
Con Chile ya son tres los países de la región que han pedido esta línea. El FMI informó que a Colombia ya se le aprobó el 1 de mayo una por US$10.800 millones, mientras que Perú comenzó el trámite el 8 del presente mes por una FCL de US$11 mil millones. Asimismo, México cuenta con una línea por US$74 mil millones, ratificada en noviembre de 2018.
Esta línea no está sujeta a la condicionalidad de los tradicionales programas de ajuste del FMI para países que enfrentan una crisis de balanza de pagos.
El expresidente del BC, José De Gregorio, explica que “esta línea fue diseñada originalmente después de la crisis asiática, y luego modificada para llegar al actual FCL. Solo tres países antes de la crisis la obtuvieron (Colombia, México y Polonia)”. Sin embargo, agrega, que “el bajo interés en esta facilidad era el estigma que podían sufrir los países que la obtuvieran. Economías macroeconómicamente sólidas podrían dar una señal de debilidad al pedirla. Como algunos analistas comentaron, era una línea diseñada para países con poco interés y demandada por países que no eran elegibles. Sin embargo, la crisis actual es extrema y los riesgos suficientemente altos que las consideraciones de estigma son irrelevantes en las actuales circunstancias en comparación al beneficio de tener a muy bajo costo una línea de crédito contingente para complementar las reservas internacionales en caso de problemas de liquidez en moneda extranjera. En consecuencia, la decisión del BC de solicitar esta línea es plenamente justificada, y la aprobación por parte del consejo del FMI un reconocimiento a la solidez macroeconómica de nuestro país”.