Si se concretan las proyecciones que presentó el Banco Central, la economía chilena habría esquivado la recesión económica en 2023. A principios de año, el mercado esperaba una contracción de hasta 1,5%, sin embargo, las últimas cifras de actividad le permiten al ente rector fijar su previsión del Producto Interno Bruto (PIB) en 0% desde el rango -0,5% a 0% que anticipó en el informe de septiembre.
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De acuerdo al BC, esta proyección considera la revisión al alza de las cifras de los tres primeros trimestres de 2023 y unas perspectivas algo más favorables para el cierre del año en el PIB no minero, dada la incipiente mejora de los datos sectoriales, como el comercio o la industria.
Para 2024, la perspectiva se mantuvo con el rango 1,25%-2,25% al igual que lo previsto en septiembre. Lo mismo para 2025 entre 2%-3%, respectivamente. En esta proyección, dice el BC, el PIB no minero seguirá mostrando variaciones trimestrales positivas, para ir acercándose paulatinamente a tasas acordes con su crecimiento de tendencia. La actividad minera tendrá un aporte importante a la expansión de la economía en 2024, a lo que contribuye la reciente entrada en operación de nuevas faenas y el desarrollo de otros minerales.
Sobre el escenario externo, el Banco Central dice que “la economía chilena se verá favorecida por un mayor crecimiento esperado de los socios comerciales en el corto plazo”. Por lo mismo, se estima que este promediará 3,1% entre 2023 y 2024 (2,7% en septiembre).
Por un lado, argumentan que “esto se explica por las mejores proyecciones para Estados Unidos, en base principalmente a la fortaleza del consumo. Por otro, está el mayor impulso que darán las medidas fiscales en China, que de todos modos mantendrá tasas de expansión por debajo de sus promedios históricos”.
En cuanto a la demanda interna, prevé una caída de -4,6% para este año, mayor al -4,3% que proyectaba en septiembre. Para el próximo año, en tanto, se espera que se retomen las tasas de variación positivas en 2024 y por ello, prevé un alza de 1,5%.
Asimismo, para el consumo privado proyecta una baja de 4,6%, pero para 2024 anticipa una recuperación de 2,1% y 1,8% en 2025. “La recuperación de los ingresos disponibles de los hogares continuará apoyando su desempeño, respaldado en buena parte por el proceso de convergencia de la inflación. Se agrega el impacto de los recortes de la TPM sobre las condiciones crediticias relevantes para el consumo”.
El BC mencionó también que en el mercado laboral, “la creación de empleo se mantiene lenta, con una demanda de trabajo aún débil, lo que es coherente con la evolución del ciclo económico. Por su parte, la tasa de desempleo se mantiene por sobre su promedio histórico”
En cuanto a la inversión, en 2024 y 2025 alcanzará niveles similares a los anticipados en el Ipom pasado, bienio en el que acumulará un crecimiento positivo. En esta proyección se consideran las mejores perspectivas de los catastros de inversión, en particular para el sector minero y de energía, y cifras de alta frecuencia. Aunque para 2024 ahora se espera un crecimiento nulo (luego de esperar una caída de 0,6% en septiembre), esto se explica por una corrección a la baja para 2023, la que pasó de una de caída de 1,2% a una baja de 1,9%.
Sobre el escenario externo, el BC indicó que “la economía chilena se verá favorecida por un mayor crecimiento esperado de los socios comerciales en el corto plazo”.
Por ello, se estima que este promediará 3,1% entre 2023 y 2024 (2,7% en septiembre). De acuerdo al ente rector, esto se explica por las mejores proyecciones para Estados Unidos, en base principalmente a la fortaleza del consumo. Por otro, está el mayor impulso que darán las medidas fiscales en China, que de todos modos mantendrá tasas de expansión por debajo de sus promedios históricos. Además, el precio del cobre previsto para los próximos dos años se mantendrá en torno a US$3,8 la libra, lo que explica gran parte de la corrección al alza de los términos de intercambio.
Más inflación en el corto plazo
Para el corto plazo, es decir, para el cierre de este año, el Banco Central subió su proyección para la inflación, pasando de 4,3% a 4,5%.
Según el análisis que entrega el Central, a noviembre las variaciones anuales del IPC total y subyacente se ubicaron en 4,8 y 6,0%, respectivamente. La parte subyacente ha liderado el descenso de la inflación total en los últimos meses, en especial su componente de bienes.
Destaca que “algunos ítems volátiles han mostrado una inflación anual algo mayor que la observada hasta el Ipom previo, como los combustibles y algunos alimentos”. Los volátiles, además, explicaron gran parte de la elevada variación mensual del IPC en noviembre. En paralelo, subraya que “las expectativas de inflación a dos años se encuentran en 3% y las distintas medidas muestran una convergencia a la meta más temprana que en el último Ipom”.
Destaca que el descenso de la inflación desde sus máximos de 2022 se ha dado en un contexto de paulatina resolución de los desequilibrios macroeconómicos. “La moderación del gasto y el cierre de la brecha de actividad —que se habría completado durante el tercer trimestre— han permitido mitigar las presiones inflacionarias provenientes de una economía que por largo tiempo estuvo creciendo por sobre su capacidad”.
Así, en el escenario central considera que la inflación total convergerá a la meta de 3% en la segunda mitad de 2024, con perspectivas que no varían mayormente respecto de septiembre. En esta trayectoria, según el BC, se combinan una parte subyacente que se acercará a 3% más rápido que lo proyectado, con un comportamiento menos favorable para los precios de los combustibles y de otros ítems volátiles.
En la inflación subyacente, en tanto, destacan “las menores perspectivas para el componente subyacente de bienes, influido por el mayor retroceso que acumuló en meses recientes. El escenario central asume que el TCR se mantendrá en torno a los niveles actuales durante el horizonte de proyección. Esto, en un contexto de alta volatilidad de la paridad nominal y donde la depreciación respecto del cierre estadístico previo es acotada”.
“La inflación está tendiendo a la baja, pero aún con saltos abruptos como el dato de noviembre y el Banco Central debe seguir monitoreando con cautela”, sostiene Pavel Castillo, economista y gerente de Intelligence en Corpa.
Tasa de interés cercana a 5%
Sobre la Tasa de Política Monetaria, (TPM) el BC menciona que el ajuste que comenzó en julio pasado acumula una baja de 300 puntos base y se ubica en 8,25%. “El Consejo considera que, en línea con el escenario central de este Ipom, la convergencia de la inflación a la meta requerirá nuevos recortes de la TPM. Su magnitud y temporalidad tomará en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación”.
De esta manera, dice que “el Consejo reafirma su compromiso de actuar con flexibilidad en caso de que alguno de los riesgos internos o externos se concrete y las condiciones macroeconómicas así lo requieran”.
Los economistas afirman que el BC muestra en su corredor de tasas que la política monetaria se ubicará en torno a 5%, nivel que para algunos es alto. " La TPM seguirá bajando, ahí no hay duda. La pregunta es a qué ritmo y ahí hay algo en el Ipom que es un poco desconcertante. Si uno analiza el punto medio del intervalo de confianza o de los bordes del corredor de tasas presentado, durante todo el primer trimestre de 2024 habría un recorte de tasas bastante insuficiente (entre 25 y 50 pb) asumiendo que sólo hay RPM en enero y la siguiente es a comienzos de abril. Posteriormente, de acuerdo al mismo corredor las recortes de tasa se acelerarían para terminar el año en torno a 4,75% y 5,0%, que creo que es algo alto”, sostiene el economista asesor de Euroamerica, Felipe Alarcón.
En Santander analizan que, “a pesar de la rebaja en la proyección de la inflación subyacente, el corredor de tasas del Ipom contiene una trayectoria similar a la del informe previo. Esto se debe a la revisión al alza en la estimación de la TPM neutral, que pasa de 3,75% a 4%”. Así, dice Santander, el “Banco Central apunta a recortes de algo más de 300 puntos base durante 2024 que situaría la TPM en torno a 5% a fines del próximo año. Para 2025, la tasa continuaría con reducciones graduales que la ubicarían en torno a 3,75% a fines de ese año”.
Rodrigo Montero, decano de la facultad de administración y negocios de la Universidad Autónoma, acota que “para 2024 se espera, por tanto, una mantención del proceso de normalización de la política monetaria, que debería llevar al ente rector a dejar la tasa en torno a 5%”.