En su última reunión de política monetaria que se llevó a cabo el 2 de abril, el Banco Central puso sobre la mesa la posibilidad de aplicar un recorte de la tasa de interés de 100 puntos base, pero finalmente se inclinó por 75 puntos, según detalló el ente rector en las minutas que se publicaron este miércoles.
“La opción de bajar 75 pb otorgaba mayores grados de libertad, en caso de que algunos supuestos del escenario central no se cumplieran según lo previsto, particularmente aquellos que consideraban que algunos de los fenómenos recientes, como el alza de las presiones de costos, tenían un carácter transitorio”, indicó el ente rector en las minutas.
Y agregó que “además coincidía con lo que preveían los mercados, evitando sorpresas que pudieran afectar la correcta transmisión de la evaluación del Consejo sobre el estado de la macro y la trayectoria prevista de la inflación”.
Uno de los miembros del consejo incluso evaluó la posibilidad de reducir la tasa en 50 puntos, pero la descartó ya que no había antecedentes suficientes para validar dicha opción.
“Todos los Consejeros coincidieron en que los antecedentes acumulados desde la última Reunión indicaban que la TPM debía seguir reduciéndose. Por un lado, más allá de la evolución reciente de la actividad, la economía aún presentaba una demanda interna débil”, planteó la entidad.
Asimismo sostuvo que “la estrategia de concentrar parte relevante de las reducciones de la TPM contempladas para este año durante el primer semestre continuaba vigente. Por ello, partiendo desde niveles de la TPM que aún se encontraban por sobre lo que podrían considerarse neutrales, lo que correspondía en esta Reunión era seguir reduciéndola a un ritmo importante. En este escenario, todos los Consejeros manifestaron que las opciones de reducir la TPM en 75 o 100 puntos base eran plausibles”.
Los consejeros consideraron que las opciones a barajar eran una reducción de 75 o 100 puntos.
“Hubo acuerdo entre los consejeros en que las opciones de reducir la TPM en 75 o 100 pb parecían las más adecuadas. Ambas satisfacían la necesidad de seguir reduciendo la TPM de forma importante, reflejando de mejor forma el avance de la economía en la resolución de los significativos desequilibrios macroeconómicos y el proceso de convergencia inflacionaria. Por lo anterior, inclinarse por una u otra opción tenía connotaciones más relacionadas con elementos tácticos y de riesgo”.