La actualización del escenario macroeconómico que delineó el Banco Central en el Informe de Política Monetaria de septiembre no trajo buenas noticias. Si bien era algo esperado por el mercado, ahora se ratifica.

En lo principal, el Banco Central ajustó el rango de crecimiento desde 2,25% -3% a uno entre 2,25% y 2,75%, por lo que se va consolidando un escenario con un alza del Producto Interno Bruto (PIB) en torno a 2,5%.

En el análisis, el BC menciona que “la actividad perdió impulso en el segundo trimestre. Parte de esta reducción era esperada, dado que el dinamismo de principios de 2024 estuvo afectado por factores transitorios. No obstante, la magnitud de la reversión fue algo mayor a la prevista”.

Si bien indica que el Imacec de julio “dio cuenta de una aceleración importante de la actividad mes a mes, aunque nuevamente una parte relevante respondió a estos factores transitorios, en un contexto donde las cifras han mostrado una elevada volatilidad”.

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Pero no solo eso,, sino que también ajusto al descenso las variables de la demanda interna: bajó la previsión para la inversión de -0,3% a -0,8%. Este ajuste respondió principalmente a la debilidad de la inversión de los sectores no mineros. En cambio, el sector minero ratifica el mayor impulso de la inversión.

Profundiza en su argumentación: “La Formación Bruta de Capital Fijo exhibió un desempeño mejor al esperado en el segundo trimestre de este año explicado tanto por el componente construcción y obras como por maquinaria y equipos” No obstante, añadió que “indicadores de alta frecuencia revelan diferencias importantes entre sectores, contrastando la debilidad que se observa en la gran mayoría de los rubros con el dinamismo de la inversión en la minería”.

La previsión de consumo total pasó de 2,8% a 2%. Sobre este punto, la alerta que envió el ente rector se focaliza en el consumo privado, el cual pasó de tener una proyección de 2,5% a 1,7%. “El alto dinamismo de la actividad a comienzos de año se redujo, lo que se asoció en parte a la reversión de algunos elementos transitorios”, indicó el Central en su informe. Sin embargo, agregó que “esta moderación fue algo mayor que lo previsto en el Ipom previo, influida por el deterioro del consumo privado”.

El Ipom menciona también que “el gasto de los hogares en bienes no durables y servicios se redujo, rompiendo la tendencia al alza de trimestres previos. Este comportamiento se da en un contexto en que, en el último tiempo, varios de sus fundamentos han evolucionado en línea con lo esperado”.

También alertó que “el crecimiento del empleo se ha desacelerado en el margen, lo que debe ser monitoreado cuidadosamente”.

Sobre el consumo de gobierno también las proyecciones se revisan a la baja, “sobre todo para este año, en línea con las proyecciones del último Informe de Finanzas Públicas, respondiendo a los requerimientos de la meta de balance estructural”. En ese sentido, indican que “el menor nivel previsto para el consumo a lo largo del horizonte de proyección afecta la brecha de actividad y reduce las presiones inflacionarias”.

Por todo ello, la estimación para la demanda interna pasó de crecer 1,8% a 1,3%.

Ahora bien, en cuanto a las perspectiva para la inflación, el ente rector la subió de 4,2% a 4,5% para este 2024.

En su visión, el Central sostiene que “la proyección de inflación total aumenta en el corto plazo, principalmente por la mayor alza de los componentes volátiles. Una fracción responde a los efectos directos e indirectos en el IPC del mayor aumento de las tarifas eléctricas que se produjo en junio y julio. Se suma el impacto del incremento de las tarifas de fletes marítimos a nivel global y la depreciación del peso en los últimos meses”.

Para el próximo año, en tanto, la mantuvo en 3,6% y lo mismo para el 2026 de 3%.

En ese escenario prevé que hacia el mediano plazo, “la inflación tendrá un descenso más rápido que lo anticipado en junio, dadas las menores presiones inflacionarias provenientes del comportamiento de la demanda interna”.

En ese contexto, el BC estima que la convergencia a la meta de 3% ocurrirá en los primeros meses de 2026, para mantenerse en torno a este valor hasta fines del horizonte de proyección.

Sobre la Tasa de Política Monetaria (TPM), “el Consejo estima que, de concretarse los supuestos del escenario central de este Ipom, la reducción de la tasa de política monetaria (TPM) hacia su nivel neutral será algo más rápida que lo previsto en junio. Esto ocurrirá a un ritmo que tomará en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación”.