El Banco Central profundizó este martes la trayectoria alcista de la tasa de interés. Esta vez, el incremento acordado de manera unánime por su consejo fue de 75 puntos base, situando la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 9%, en línea con lo esperado por el mercado y en lo que constituye su mayor nivel en la era nominal, es decir, desde 2001.

Esta alza se ubicó por dejado de los 150 puntos base de enero y de marzo, y de los 125 puntos base de mayo.

El objetivo detrás de este nuevo aumento no es otro que contener las presiones inflacionarias, que hoy tienen al registro en 10,5% en términos anuales, y que con el dato que entregará este miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) podría superar el 11%. “El Consejo se mantendrá atento a la evolución de la inflación y sus determinantes, pues los riesgos siguen siendo elevados, en particular por el nivel que ha alcanzado la inflación y su mayor persistencia”, advirtió el ente rector en su comunicado.

No obstante, dejó entrever que el ciclo alcista podría estar cerca de su fin, ya que anticipó que los próximos movimientos serán más acotados que lo ya realizados. “El Consejo estima que para asegurar la convergencia de la inflación a 3% en el horizonte de dos años, serán necesarios ajustes adicionales de menor magnitud en la TPM”.

En su mensaje, el Banco Central sostuvo que la inflación total siguió subiendo, alcanzando a 10,5% anual en abril, con una variación del componente subyacente que se ubicó en 8,3% anual. “El IPC de abril nuevamente fue mayor a lo previsto en el IPoM de marzo, volviendo a destacar el alza de los precios de los alimentos y de otros componentes volátiles, incluyendo los combustibles”.

Apuntó que el resto de los componentes subyacentes no mostró mayores diferencias con lo esperado y resaltó que las expectativas de inflación provenientes de las encuestas permanecen por sobre 3% a dos años plazo.

Pero el problema inflacionario no es solo local, sino que afecta a todo los países del mundo, y eso es lo que también señaló: “La inflación mundial y sus perspectivas han seguido subiendo, dando cuenta de aumentos de precios más generalizados y persistentes”. Ahí destacó el impacto de la prolongación de la invasión de Rusia a Ucrania en el alza de los precios de las materias primas, especialmente la energía y los alimentos, previéndose que se mantendrán altos por un tiempo prolongado.

En cuando al comportamiento de la economía, mencionó que “está retrocediendo a una velocidad menor que la esperada, ligado a un consumo que se ha mantenido en niveles elevados”.

En ese sentido, describió que “en el primer trimestre, la serie desestacionalizada del PIB no minero cayó 0,2% trimestre a trimestre, descenso menor a lo previsto en el IPoM de marzo. En abril, el componente no minero del Imacec sorprendió al alza”. Y resaltó que los datos parciales del segundo trimestre “confirman la fortaleza del consumo, mientras que la inversión sigue debilitándose”.

Para el mercado laboral mencionaron que se ve una disminución de la demanda por trabajo y una ralentización de la creación de empleo. Y que las expectativas empresariales y de consumidores siguen deteriorándose.

Sobre el mercado financiero nacional, el BC dijo que ha mostrado un desempeño más favorable que sus pares externos. “Las tasas de largo plazo han retrocedido respecto de la reunión pasada, volviendo a niveles similares a los de fines de marzo”, puntualizó. Describió que el tipo de cambio se ha apreciado y que el IPSA ha acumulado ganancias en un contexto de buenos resultados corporativos y mayores precios de materias primas.

Subrayó que el crédito bancario local continúa registrando un débil dinamismo, con bajos flujos mensuales de colocaciones en todas las carteras. Las condiciones de financiamiento siguen restrictivas.

En este plano argumentó que desde la última Reunión de Política Monetaria, los mercados financieros mundiales han mostrado resultados mixtos, en un escenario que mantiene elevados niveles de volatilidad. “Las tasas de interés de largo plazo han moderado su tendencia alcista en las últimas semanas. El dólar se mantiene apreciado a nivel global, aunque ha exhibido una reversión parcial en lo reciente. El precio del petróleo ha seguido subiendo, mientras que el precio del cobre ha mostrado vaivenes, ubicándose en torno a US$4,3 la libra”, mencionó.

La visión del mercado

La primera mirada que entregaron los economistas apuntó a que hay un mensaje de que la actividad se está desacelerando más lento de lo previsto, principalmente por el lado del consumo, y lo segundo que mencionaron es que si bien el escenario base con el que trabaja el Banco Central es de dos alzas más de la tasa, pero acotadas, al mencionar que la inflación puede ser más persistente de lo que el propio ente rector indicó, es una forma de advertir que su escenario base puede cambiar, dada la alta volatilidad externa que existe en cuanto a los precios.

Dado el mensaje que envió el Central, los expertos anticipan que todo indica que el proceso de alzas iniciado en julio de 2021 está cerca de cumplir su ciclo. En este escenario, las expectativas para el techo de la tasa de interés se ubican entre 9,5% y 10%.

En Santander esperan una sola alza adicional. “Estimamos que en la próxima reunión de julio habrá un alza adicional de 50 puntos base, para luego en septiembre reevaluar cómo seguir adelante”. Esto, porque dicen que, en esa fecha, “el Consejo tendrá a su disposición datos de inflación que ya podrían mostrar una moderación, junto con antecedentes que den cuenta de un mayor deterioro de la actividad. Así, si bien hacen referencia en plural a futuras alzas, no es descartable que en septiembre deban pausar, con lo que una posible alza en la siguiente RPM de julio podría ser la última de este ciclo”.

Desde el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales afirmaron que “los factores decisivos para un alza de 75 puntos base por parte del Banco Central son la expectativa de una inflación más persistente, principalmente por el impacto que viene de los precios internacionales producto de la guerra en Ucrania, a lo que se suma un consumo privado más resiliente, que mitiga en parte el escenario externo más adverso y el deterioro de las expectativas”.

Añadieron que es probable esperar un alza adicional de solo 50 puntos base en la próxima reunión, para estacionarse en 9,5%.

Ricardo Consiglio, economista jefe de Zurich AGF, también se inclina por un alza de 50 puntos, para terminar el ciclo. “El IPoM que se publicará este miércoles dará los detalles de las proyecciones económicas del Banco Central y permitirán ajustar las expectativas finales de hasta donde podría llegar la TPM, la que nosotros no esperamos supere 9,5%”, dijo.

En BICE inversiones prevén que el BC continuará elevando la tasa hasta un nivel ubicado en el rango de 9,5% a 10%, el que se mantendría hasta los últimos meses de este año, para luego disminuir gradualmente, finalizando este año en niveles en torno a 8,5% y el próximo en 5,5%.

Claudia Sotz, economista jefa de Tanner comentó que en este cuadro inflacionario “siguen predominando los componentes volátiles, especialmente en alimentos y combustibles, que son principalmente precios importados”. La economista sostuvo que dada las señales que envío el BC, “creemos que un potencial nivel máximo de TPM podría ubicarse entre 9,5% y 10%”. Misma visión es la que tiene Scotiabank, que espera “un techo entre 9,5% y 10% durante el tercer trimestre, con aumentos de entre 50 pb y 25 pb en las próximas reuniones”.