El Banco Central subió nuevamente la tasa de política monetaria. Esta vez fue de 75 puntos base llevándola a 9,75%. Esta alza está en línea con el rango que esperaba el mercado de entre 50 y 100 puntos base.

De acuerdo al comunicado del ente rector, el escenario macroeconómico presenta riesgos elevados”. Y por ello, describe que “el deterioro de las condiciones financieras globales ha sido más rápido e intenso que lo previsto, reduciendo el precio de las materias primas y las perspectivas de mercado sobre el crecimiento global”.

Así, señala que eso se da en un contexto “de una elevada incertidumbre interna, lo que ha llevado a una fuerte depreciación del peso”. Y anticipan que estos hechos, en el corto plazo, provocarán “un alza adicional de los precios internos, en un contexto en que la inflación y su persistencia ya son elevadas”.

Por esta razón, en el comunicado se anticipa que “serán necesarias nuevas alzas de la TPM para asegurar la convergencia de la inflación a 3% en dos años. Su magnitud dependerá de las implicancias de la evolución del escenario para el logro de la meta de inflación, situación que será analizada en el IPoM de septiembre”.

En la descripción del escenario interno, el ente rector afirma que la actividad ha continuado con un paulatino retroceso, en línea con lo anticipado. El Imacec de mayo aumentó 6,4% anual —con la minería cayendo menos que lo previsto—, mientras que el Imacec no minero desestacionalizado bajó 0,9% mensual, cercano a lo que se esperaba.

Destacan que “los indicadores relacionados con el consumo privado y la inversión muestran un desempeño acorde con lo proyectado, manteniéndose la resiliencia del primero y el debilitamiento de la segunda”.

FOTO: DIEGO MARTIN/AGENCIAUNO

Sobre el mercado laboral, indican que “el crecimiento del empleo ha continuado ralentizándose y las vacantes siguen disminuyendo. La variación anual de los salarios reales se mantiene en niveles negativos. Los indicadores de confianza de los consumidores y de las empresas siguen en terreno negativo”.

Sobre la inflación total comentan que “ha seguido aumentando y alcanzó 12,5% anual en junio, mientras que el componente subyacente subió a 9,9% anual”, pero resaltan que estos últimos datos de inflación han estado “prácticamente en línea con lo previsto en el Informe de Política Monetaria de junio, aunque “con sorpresas acotadas a productos específicos, mayormente volátiles. En su mensaje mencionan que “Las expectativas de inflación de las encuestas se han ajustado al alza.

Con respecto al escenario externo, afirman que la inflación mundial ha continuado subiendo y los bancos centrales han seguido aumentando las tasas de referencia, o señalizando un alza más rápida ante la mayor persistencia inflacionaria. Ahí se destaca que la Reserva Federal de Estados Unidos, que sorprendió con un incremento mayor al esperado y ha comunicado que las alzas continuarán hasta lograr controlar la inflación.

Las condiciones financieras se han estrechado tanto para economías desarrolladas como emergentes, resaltando las caídas en las bolsas y una apreciación global del dólar.

En cuanto al crecimiento mundial, las perspectivas de mercado se han deteriorado, acercándose a las proyecciones incluidas en el último Informe del BC. Asimismo, dicen que los precios de las materias primas han descendido “más que lo esperado, en parte importante por los temores respecto de una recesión mundial”.

Se resalta la caída de los precios de los alimentos, donde también se han sumado algunas noticias favorables desde el lado de la oferta y el cobre ha tenido una baja significativa, ubicándose en torno a US$3,3 la libra al momento de esta Reunión (algo más de -20% desde la última Reunión).

De todos modos, para el Central, la invasión de Rusia a Ucrania continúa siendo un foco de riesgo para el escenario externo, manteniendo la presión sobre los precios de algunas materias primas, especialmente alimentos y energía. En suma, puntualizan que “el escenario internacional se ha deteriorado respecto lo previsto en el IPoM de junio”.