El Banco Central volvió a subir la Tasa de Política Monetaria en 50 puntos base, llevándola hasta 11,25%. Esta vez, y al contrario de la reunión pasada, la decisión fue unánime.
De acuerdo al ente rector, el consejo estima que la Tasa de Política Monetaria (TPM) “ha llegado al nivel máximo del ciclo iniciado en julio de 2021 y que se mantendrá en este valor por el tiempo necesario para asegurar la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política de dos años”.
No obstante, advierte que “los riesgos del escenario macroeconómico son elevados y sus implicancias de corto y mediano plazo deben ser evaluadas cuidadosamente”.
De esta manera, “el consejo permanecerá atento al desarrollo de estos eventos y reafirma su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de política.
Este es el nivel más alto del tipo rector desde marzo de 1999, cuando la tasa, en ese tiempo en términos reales, estaba en 7,25% y la inflación en 4,1%.
Si bien en la reunión pasada el BC ya anticipaba que la tasa de interés estaba “en torno al nivel máximo que considera el escenario central del IPoM de septiembre”, esta vez el mensaje fue más explícito y categórico. Así lo interpretan los economistas, ya que coinciden en señalar que ahora hay más elementos que permiten anticipar ese escenario de mantención.
“El sesgo del comunicado es claramente neutral al ponderar de manera equilibrada los riesgos inflacionarios con los de actividad. Para el BC habría concluido el proceso de aumentos en la TPM y mantendría ese nivel, de acuerdo al último IPoM, por algunos meses antes de iniciar un lento proceso de recortes”, sostienen en Scotiabank.
En Santander afirman que el mensaje del Central “implica un fuerte sesgo de neutralidad para las próximas reuniones”. Y por ello, añade que “estimamos que en los próximos meses comenzaremos a ver un descenso gradual, pero sostenido de la inflación junto con una economía que sigue contrayéndose. Esto dará pie para que el consejo comience a evaluar un giro en su estrategia monetaria en el próximo IPoM de diciembre”.
Felipe Alarcón, economista de Euroamerica dice que si esta es o no la última alza “es la pregunta del millón, sobre todo después de algunos intentos fallidos, donde en varias oportunidades señalizaron el pronto fin del ciclo y al final la persistencia de la inflación y de la actividad dijeron otra cosa. Aun así, creo que esta vez tiene mucha más probabilidad de que el ciclo alcista haya concluido”.
El segundo mensaje que envió el Central apuntó a la mantención en este valor por el tiempo necesario para asegurar la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política de dos años. ¿Cuál es ese tiempo necesario?, los economistas, en su mayoría, interpretan que la tasa de interés se mantendrá hasta el primer trimestre del próximo año en estos niveles y en abril de 2023 podría comenzar el proceso de recortes de la tasa de interés. Lo clave aquí para calibrar el inicio de las reducciones es que la inflación comience a ceder. “La desaceleración de la economía permitirá que la inflación vaya ajustando gradualmente a la baja, particularmente en 2023 donde aceleraría su caída y las expectativas volverían a anclarse permitiendo así al Banco Central empezar un ciclo de baja de tasas, el que comenzaría en abril del próximo año”, comenta el economista jefe de de Zurich Chile AGF, Ricardo Consiglio.
Felipe Ruiz, economista de Bci espera que “la TPM se mantenga en 11,25% hasta al menos el segundo trimestre de 2023, en el cual comenzarían los recortes graduales en la medida que las expectativas de inflación se vayan normalizando. De ser así, esperamos que la TPM cierre 2023 en torno a 7,5%”. Alarcón acota que “bajo las actuales condiciones, el inicio de los recortes de tasa debiese ser hacia fines del primer trimestre de 2023″.
En Santander subrayan que “el ciclo de bajas podría materializarse en la reunión de fines de enero o, de manera más probable, en la de comienzos de abril, que se efectúa junto con el Informe de Política Monetaria de marzo. En ese momento el Consejo contará con información suficiente para evaluar un ciclo de recortes de tasa y tendrá la ocasión propicia para explicarlo al mercado”.
Una posición distinta tienen en Scotiabank, donde esperan que “la perdurabilidad de la TPM en 11,25% sea hasta diciembre 2022. donde se señalaría en el IPoM de diciembre la necesidad de un ajuste de nivel compatible con actividad en territorio negativo y desaceleración inflacionaria. El ajuste se concretaría en la RPM de enero 2023 con una dosis no inferior a 100 puntos base”.
El escenario macro del Central
En el análisis que hacen del escenario macroeconómico, el ente rector destaca que, en septiembre, la inflación total llegó a 13,7% anual, disminuyendo levemente respecto del registro de agosto. La inflación subyacente, en cambio, aumentó hasta 11,1% anual. Asimismo, menciona que respecto del IPoM, la inflación acumulada en los últimos dos meses ha sido superior a lo previsto, “principalmente por el mayor aumento de los precios de algunos alimentos. Las expectativas de inflación a dos años plazo continúan por sobre 3%”.
En cuanto a la actividad, el BC sostuvo que en agosto el componente no minero del Imacec resultó algo superior a lo previsto en el IPoM de septiembre, principalmente por la mayor actividad de algunos servicios. Sin embargo, rubros como el comercio, la industria y la construcción presentan caídas relevantes en sus niveles de actividad, en línea con lo anticipado.
Por el lado del gasto, mencionan que “los indicadores relacionados con el consumo privado muestran que este ha seguido disminuyendo, y los ligados a la inversión continúan débiles, aunque con alguna resiliencia en sectores específicos que han dinamizado las importaciones de maquinarias y equipos”.
Sobre el mercado laboral, el ente rector dice que se sigue observando “un estancamiento de la creación de empleo y la disminución de las vacantes”, y que “la variación anual de los salarios reales continúa en valores negativos. Los índices de confianza de consumidores y de empresas permanecen en la zona de pesimismo, si bien exhiben algún repunte en lo más reciente”.
En el análisis del escenario internacional, el ente rector alerta sobre las perspectivas de crecimiento mundial y que las condiciones financieras internacionales se han deteriorado. “La inflación mundial ha seguido dando señales de mayor persistencia, los bancos centrales han continuado elevando sus tasas de referencia y las expectativas de mercado apuntan a un prolongado ajuste monetario en las economías desarrolladas”, puntualiza. Asimismo, afirma que “los mercados financieros globales mantienen elevados niveles de volatilidad y por ello el dólar ha continuado fortaleciéndose a nivel mundial, los mercados bursátiles han disminuido y las tasas de interés de largo plazo han aumentado”.
También resalta que los precios de las materias primas han mostrado vaivenes. “En los días previos a la Reunión, el precio del barril de petróleo se ubicó en torno a US$90 y el de la libra de cobre cercano a US$3,5″, menciona.
De esta manera, el mercado financiero nacional “se ha acoplado a las tendencias globales recientes”. Así, indica que, respecto de la reunión previa, el tipo de cambio se depreció en torno a 5%, las tasas de interés de largo plazo subieron –especialmente las en UF– y el IPSA registró pérdidas. En tanto, el crédito bancario sigue desacelerándose, en medio de condiciones de oferta que permanecen restrictivas y una demanda que se percibe debilitada para todos los segmentos.