Aunque el proceso de vacunación comenzó en buena parte de América Latina, sindicada como la región más afectada por la pandemia, en este comienzo de año ya va quedando claro que la pandemia todavía no ha terminado, lo que conlleva riesgos relevantes para su desempeño económico. Esa fue la reflexión que más se repitió entre los panelistas de alto nivel que participaron esta tarde del “Covid-19: Implicaciones económicas y lecciones de política”, organizado por el Banco Central.
En el caso particular de Chile, Mario Marcel, presidente del instituto emisor nacional, plantea como la mayor de sus preocupaciones “la expansión de la pandemia, un salto en los contagio, retrasos en el proceso de vacunación... todo lo cual ciertamente puede ocurrir y convertirse en un arrastre de la recuperación”. En ese marco, la autoridad monetaria reconoce que “si bien en el caso de Chile hemos recuperado dos tercios de lo que habíamos perdido en la peor parte de la crisis, lo que viene es muy desafiante”. Para graficar lo complejo que será 2021, Marcel sostuvo que “tuvimos 15 meses difíciles mirando hacia atrás y tenemos 15 meses difíciles mirando hacia adelante”.
Ruta pedregosa
Esta mirada sobre nuestro país se alinea con la planteada por los demás expositores de manera más generalizada respecto a América Latina. Carmen Reinhart, economista jefa del Banco Mundial, sostuvo que llama la atención por el hecho que “a 2021 estamos entrando con una nueva ola de infecciones y en el Banco, sin ser una experta, he escuchado que el proceso de vacunación ha sido más lento de lo que se pensó”.
Pero para la economista, no solo son las particularidades de este comienzo de año las que entrampan la recuperación, sino el hecho de que la crisis sea “excepcionalmente regresiva”, tanto para hogares, negocios y países. “Esta crisis por su regresividad no creo que la vayamos a superar rápidamente. Tiene todo tipo de implicaciones, con estallidos sociales y otras dimensiones que se pueden ver como extremadamente desafiantes y con la capacidad de revertir los progresos que hemos visto”, precisa.
En ese marco, la economista que ha estudiado diversos debacles económicos en el mundo llama a “no confundir repunte con recuperación. A los ingresos per cápita les tomará bastante quedar restaurados hasta sus niveles de precrisis. La recuperación, aún con políticas que van en la dirección correcta, va a tomar mucho tiempo”.
Ricardo Hausmann, académico de la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, pone el acento en que “el valor neto presente de la crisis es muy alto y cuando lo miras desde la perspectiva de 2022, es bastante claro que el problema va a esta concentrado en los países de medios ingresos, que van a estar dramáticamente peor que los países ricos”.
Para el venezolano la situación de la región es aún más preocupante, por la variable sanitaria. “América Latina todavía está lejos de tener al 1% con la vacuna y será muy difícil para la mayoría de los países tener al menos a la mitad de la población vacunada para el final de este año, ese sería un escenario optimista. Por ello el 2021 se va a sentir muy parecido al 2020, en el sentido de que la economía no podrá abrir completamente”.
Evaluación de políticas
En ese contexto, Reinhart plantea que es difícil hacer un análisis certero sobre la respuesta económica que se ha desplegado en la región y definir cuáles son las lecciones que deja la crisis, ya que “muchas de las evaluaciones de las políticas que tenemos en la lista están en una dimensión temporal. Tu puedes pensar que es la mejor opción ahora, pero no sabemos como se verán en el futuro. No estamos preparados para dar esa repuesta. Es prematuro”.
En tanto, para Alejandro Werner, economista para el Hemisferio Occidental del FMI, la continuidad de la crisis devela algunos aciertos o desaciertos. “Los países que perciben falta de espacio fiscal y riesgos financieros en 2021 es porque hicieron mucho en 2020. Debieron haber tomado algunas precauciones y ahorrar para ser capaces de seguir implementando los estímulos de 2020 en 2021, dado que la pandemia continúa en muchos países de América Latina”.
Pero más allá de que “obviamente no veremos crisis financieras simultáneas en muchos países latinoamericanos”, Werner advierte que “si estaremos viendo significativos y relevantes problemas de balances”.
En función de “asegurar la solvencia del Estado”, Hausmann plantea que “tenemos que estar discutiendo una reforma tributaria y la reforma que creo que América Latina en general necesita es una que aumente los impuestos a los ingresos de capital”.
El académico, asegura que hasta ahora el sistema depende mucho de los impuestos sobre los ingresos del trabajo formal, bajo la idea de que el capital es muy elástica y se podría marchar. Sin embargo, dadas las circunstancias considera pertinente que los países revisen su estructura tributaria.
En este punto, Andrés Velasco, ex ministro de Hacienda, de todas maneras destaca que “Es muy extraordinario que los mercados emergentes y América Latina hayan desplegado paquetes fiscales y monetarios. No fue así en 2019. Pocos lograron entregar una respuesta fiscal y monetaria y eso es algo que tenemos que celebrar”.
Sin embargo, el actual Decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School of Economics, como el resto de los expositores, los grandes desafíos que enfrenta la región, particularmente como consecuencia de un mal manejo de la pandemia. A la hora de pensar en respuestas, coincide “completamente” con la apuesta de Hausmann.
“Es mejor que empecemos a pensar en más impuestos, tanto por la sostenibilidad fiscal y también por todo los relativo al bienestar social en de un aumento de la pobreza y de la desigualdad como consecuencia de la pandemia”, afirma Velasco, coincidiendo también en que es en el área de impuestos a los ingresos del capital donde más se debe explorar.