El Barómetro de la Economía Chilena elaborado por el Instituto Unab de Políticas Públicas (IPP) resumió la trayectoria del año recién pasado como un camino y transición a la normalización, con una mejoría general respecto del 2022. Sin embargo, nuestra economía aún se mantiene lejos de los niveles previos al estallido social y la pandemia.


No te pierdas en Pulso


En ese sentido, el subdirector del instituto, Gonzalo Valdés, expresó que “el adverso escenario internacional, el estallido social, la pandemia y las políticas populistas generaron una fiesta que la pagaron las familias. Recién ahora, luego de más de cuatro años, los hogares chilenos están volviendo a respirar un poco más tranquilos”.

Bandera chilena. /FOTO: AGENCIAUNO

El último informe del año señala que la mejoría radica principalmente en la disminución de la inflación que pasó de 13,3% en 2022 a 4,8% en 2023, lo que influenció un alza en las remuneraciones reales. Por otro lado, también se explica por la recuperación de la inversión extranjera directa y la participación laboral.

Al cierre del año el cuadrante más positivo, “bien y mejorando”, concentró el 40% de las variables, entre las cuales se encuentran las remuneraciones reales, las brechas de género, el precio del cobre, el IPSA, el saldo de cuentas y depósitos, la inflación, la inversión extranjera directa y la participación laboral. La mejoría en comparación al 2022 se traduce en un aumento del 20% de los indicadores dentro de esta variable.

Pese a la mejora, el informe indica que el IPP “no ha logrado asentarse sólidamente en un escenario positivo, lo que dificulta consolidar una recuperación de la situación económica”.

Por otro lado, el cuadrante “bien, pero empeorando”, concentró el 20% de las variables que considera la medición, equivalentes a 4 factores, misma cantidad que en 2022. A diciembre, se posicionaron en este segmento la incertidumbre económica, la deuda neta del gobierno central, deudores morosos y el riesgo.

En el cuadrante “mal, pero mejorando” también se ubicaron un 20% de los indicadores. Aquí se ubicaron el valor del dólar, la confianza de los consumidores, las exportaciones y la creación de empleo. Un año antes, en diciembre de 2022, el cuadrante tenía un 15% más, alcanzando un 35% de los indicadores.

Y respecto al cuarto cuadrante, “mal y empeorando”, abarcó al 20% restante de las variables, que corresponden a desempleo, confianza empresarial, el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), y la tasa de créditos hipotecarios. Esto es una mejoría en relación a diciembre de 2022, cuando el número de variables que se encontraban aquí alcanzaba el 25%.

Empleo, hogares y situación macroeconómica

El IPP realizó un balance del comportamiento general de la economía durante el año pasado, agrupando las 20 variables del barómetro en tres subíndices: empleo, hogares y situación macroeconómica general.

El subíndice de situación macroeconómica general fue el que se mostró más débil durante el 2023. Aún así, en diciembre de 2022, éste se encontraba mal, pero mejorando, mientras que actualmente se posiciona en terreno positivo y mejorando.

El subíndice de empleo, que contempla la tasa de desempleo, la participación laboral, creación de empleos, brecha de género de participación laboral y el índice de remuneraciones real, a finales del 2023 se posicionó en el cuadrante “bien y mejorando”. Si bien tiene perspectivas positivas a corto plazo, se encuentra cercano al límite, por lo que “la probabilidad de que vuelva a empeorar no se debe subestimar en un contexto donde la demanda laboral se encuentra débil”, proyectó el informe.

Finalmente el subíndice de situación de los hogares incorpora la inflación, la tasa promedio de créditos hipotecarias, deudores morosos, saldo de cuentas y depósitos y confianza de los consumidores. Este tuvo el mejor comportamiento de los tres subcategorías, terminando el año en terreno positivo y mejorando, principalmente por la caída de la inflación.

Valdés manifestó que “tal como muestra el subíndice de situación macroeconómica general, Chile se encuentra en una condición de estancamiento. Lamentablemente, el IMACEC y todas las actividades económicas se encuentran creciendo a niveles subóptimos, donde destaca el comercio que viene mostrando variaciones negativas desde mayo de 2022 a la fecha”, resumió.

Como perspectiva para lo que se viene durante este año, el subdirector del IPP UNAB advirtió que “el rango del crecimiento esperado para 2024 es similar al de los países desarrollados, lo que indica que mantendremos las brechas existentes con éstos y, por tanto, seguiremos siendo un país de ingresos medios, lo que dificultará recuperar el empleo. Esperamos que el gobierno impulse las tan esperadas medidas procrecimiento e inversión para este año”.