Barry Eichengreen, de la Universidad de California, Berkeley: “Yo recomendaría a Chile otro estímulo de 5% del PIB ahora”
El primer paquete le parece bueno pero insuficiente para atender una emergencia económica de enormes proporciones, que a su juicio de seguro generará una recesión más severa que la de la crisis financiera.
La situación es sumamente crítica y dejará un daño permanente. “El desempleo está a punto de dispararse. Habrá quiebras generalizadas de corporaciones y pymes”, anticipa en entrevista con PULSO Barry Eichengreen, economista de la Universidad de California, Berkeley. Desde su punto de vista es difícil pensar en un control del coronavirus en dos meses y cree que es posible un rebrote a fin de año.
En definitiva, considera que el curso de la crisis dependerá de la contención de la pandemia, de lo cual a su juicio saben más los epidemiólogos que los economistas. De todas maneras, afirma que con la información disponible hasta este punto, un soporte económico que duplique lo ya facilitado por el gobierno en Chile, es necesario.
¿Es esto comparable a otra crisis global en la historia?
-Cualquier comparación sería imperfecta. Incluso la pandemia de gripe de 1918 no fue del todo comparable. Estados Unidos, la economía más grande del mundo, entonces como ahora, evitó la recesión en 1918-19. Entonces las repercusiones económicas esta vez serán más severas.
En este punto, ¿cuál es el impacto del coronavirus en el crecimiento del mundo y particularmente en China y EEUU?
-Una recesión mundial más severa que en 2008 y 2009 es ahora inevitable, incluso si los responsables políticos hacen todo lo correcto. 2008-9 fue un shock negativo de la demanda. Actualmente no solo tenemos un shock negativo de la demanda, sino también un shock negativo de la oferta. Y hay pocas políticas que se puedan hacer con respecto a esto último, al menos hasta que el virus esté contenido y sea seguro que las personas vuelvan a trabajar. Además, hasta el momento no hemos visto que los responsables políticos estén haciendo todo lo correcto. El Congreso de los Estados Unidos todavía está discutiendo sobre el tamaño y la estructura de un estímulo significativo. El presidente Trump ha invocado la Ley de Producción de Defensa para reasignar potencialmente los recursos industriales a la producción de suministros médicos esenciales, pero en realidad no la ha activado enviando instrucciones a las empresas.
¿Cómo ve a Chile, considerando su dependencia de China y las dificultades internas que ya enfrentaba?
-Chile obviamente está en una posición muy delicada. Cuando la gente me pregunta "quiénes son los propician una crisis financiera", respondo la combinación de un shock económico y financiero negativo y un gobierno débil, esto último entendiéndolo como un apoyo político interno limitado. No estoy diciendo que Chile esté a punto de sucumbir a una crisis, quiero ser claro al respecto, pero la situación es muy delicada. Que el gobierno haya respondido con un estímulo del 5% del PIB es algo bueno. No obstante, con la disminución de los precios de los commodities y el deterioro de las condiciones en todos los mercados emergentes, debe hacer más de lo mismo. Yo recomendaría a Chile otro estímulo de 5% del PIB ahora.
Muchos economistas esperan un repunte en la segunda mitad del año, si se consigue un control del virus dentro de dos meses. ¿Qué opina al respecto?
-Tomará más de dos meses contener la propagación del virus, sin duda. Incluso si avanzamos en los próximos seis meses, el virus volverá en los últimos meses de 2020; simplemente no sabemos hasta qué punto. Por eso su pregunta está mejor dirigida a un epidemiólogo, no a un economista.
¿Qué daño permanente podría dejar la crisis en las empresas y las economías nacionales?
-El desempleo está a punto de dispararse. Habrá quiebras generalizadas de corporaciones y pymes. Sabemos que el alto desempleo deja cicatrices permanentes, en términos de menores ingresos y menor productividad para las personas afectadas. Las quiebras generalizadas significan que las empresas que reorganizan sus operaciones incurrirán en costos de ajuste significativos. Por lo tanto, la producción y los ingresos perdidos ahora no se compensarán por completo en el futuro.
Habrá daños permanentes en los sistemas financieros a medida que quiebren los bancos y otras instituciones financieras. Obviamente, la globalización experimentará un revés que no se revertirá fácilmente.
¿Cómo evalúa la respuesta de los bancos centrales a la crisis?
-Las respuestas iniciales fueron, en muchos casos, lentas y mal adaptadas, centrándose como lo hicieron en los recortes de tasas de interés. En el caso de Christine Lagarde (presidenta del Banco Central Europeo), enviando mensajes mixtos. Los bancos centrales ahora han aumentado su respuesta, volviendo a centrarse en abordar los problemas de liquidez en los mercados financieros, extendiendo las líneas de intercambio y volviendo a comprometerse a hacer lo que sea necesario. Hubiera sido útil avanzar en esta dirección antes, en lugar de hacerlo con retraso.
¿Espera más acción del lado fiscal?
-Por supuesto. Ni siquiera hemos comenzado a ver la respuesta fiscal. Lo que se ha hecho hasta ahora es una gota en una cubeta.
¿Espera un debate más profundo sobre el modelo económico después de esta crisis?
-Ya estábamos teniendo este debate en Estados Unidos al respecto, se puede observar al contrastar las plataformas de los candidatos presidenciales demócratas Bernie Sanders y Joe Biden. Y con lo que está ocurriendo se nos ha recordado el papel fundamental del gobierno en el funcionamiento de la economía. Podemos esperar ver más movimientos en esa dirección.
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