El proteccionismo y la amenaza de una guerra comercial global son los mayores riesgos para la economía de la zona euro, pero el crecimiento por ahora sigue firme en el sendero visto anteriormente, concluyeron el mes pasado los miembros del Banco Central Europeo (BCE).
En una reunión con pocos o ningún desacuerdo, los responsables de definir la tasa de interés compartieron la opinión de que el bloque estaba funcionando como se esperaba, por lo que no era necesario modificar la política monetaria, mostraron el jueves las minutas de la reunión del 26 de julio.
El BCE acordó en junio terminar con su programa masivo de compra de bonos para fin de año y mantener las tasas estables por lo menos hasta el próximo verano boreal, dando a los mercados un preaviso inusualmente largo de sus posibles movimientos.
"Las incertidumbres relacionadas con factores globales se mantuvieron prominentes, en particular con respecto a la amenaza del proteccionismo y el riesgo de una escalada de las tensiones comerciales", indicaron las minutas.
"Las tensiones podrían generar un declive más general en la confianza en toda la economía mundial, más allá de cualquier efecto directo de la imposición de aranceles", agregó el BCE.
Si bien el riesgo de una guerra comercial ya está pesando en la confianza, el impacto concreto sobre el crecimiento hasta ahora ha sido escaso y los miembros del BCE dijeron que incluso esperan que la desaceleración del crecimiento en el primer semestre sea temporal.
La zona euro ha tenido una racha de expansión de seis años, una tasa de empleo en máximos récord y perspectivas sólidas, en momentos en que el crecimiento es impulsado por el consumo doméstico, incluida la periferia del bloque.
La inflación está acelerándose, aunque los funcionarios del BCE no concuerdan en si la tasa del 1,7% proyectada para los próximos tres años está en línea o por debajo de la meta de avance de los precios del BCE, cercana pero menor al 2%.
"Los miembros compartieron ampliamente la opinión de que las incertidumbres en torno al panorama de inflación habían estado menguando", señaló el BCE.
Con la política para el próximo año anunciada, el banco central regional tiene pocas decisiones importantes por delante, aunque tendrá que fijar formalmente, quizá en septiembre u octubre, el final de las compras de bonos que hasta ahora ha descrito como una expectativa.