Eran US$300 millones el costo que según la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) podría tener la nueva normativa de provisiones para créditos comerciales, que entrará en vigencia el próximo año. Y ante ese escenario, los bancos ya se están preparando.

En el conference call de BCI realizado durante esta mañana, la entidad controlada por la familia Yarur Rey detalló que en septiembre realizó provisiones adicionales por dicha normativa equivalente a US$7,5 millones, recursos que serán utilizados para palear la entrada en vigencia de la regulación el próximo año.

A nivel industria, las estimaciones apuntaban a un costo total de US$500 millones, además de efectos negativos en la oferta y precio de créditos a pymes.

Pero, adicionalmente, BCI también explicó que su mayor gasto en el tercer trimestre se debió la constitución de provisiones adicionales por US$19 millones como anticipo de otra normativa de provisiones de la SBIF,  que estará enfocada en los créditos de consumo.

Con todo, el regulador sólo ha señalado que se encuentra estudiando incorporar una norma con provisiones estándar para la cartera de crédito de consumo grupal y para la cartera de deudores comerciales evaluados individualmente.