Optimista con el plebiscito quedó el economista y director de empresas Bernardo Fontaine. “El mensaje fue contundente, los chilenos les dijeron no a los políticos al rechazar la Convención Mixta, entonces serán los ciudadanos, la sociedad civil, los independientes, los hombres de trabajo, los que deberán poner el hombro para concretar este proceso”, comenta.
Interpreta el plebiscito y la amplia participación como el hecho de que si bien la política se ha alejado de los ciudadanos, las personas siguen interesadas en manifestarse y en ser parte de los procesos.
¿Qué le pareció el resultado?
-Excelente, es muy bueno que los ciudadanos se manifiesten. La nueva Constitución es una moneda al aire: si sale cara será un éxito, si sale sello será un fracaso. Existe el peligro que rasque donde no pica, que de chipe libre a los políticos, que prometa el cielo en la tierra, que meta al Estado en todo y eso solo traerá desilusión, mediocridad y corrupción.
¿Cuáles serían esos problemas que no podrá solucionar la Constitución?
-Veo cuatro que pican y van más allá de la Constitución. Uno, se necesita un cambio cultural, un nuevo trato, una nueva épica, con más inclusión, no más trato de Don, de Señor en empresas y en el Estado. Dos, la intolerancia y la violencia; necesitamos un Chile sin funas, la violencia debe combatirse y, en ese sentido, la centroizquierda debe aislarla políticamente, no puede pactar con los que permiten la violencia. Tres, necesitamos un despegue, porque la economía se fue empantanando -el máximo fue con la Presidenta Bachelet 2-, el crecimiento es el principal ascensor para la movilidad social y la única forma de tener derechos sociales financiables. Y cuarto, hay que cambiar el Estado que es ineficaz y obsoleto.
¿Cuáles temas deberían estar en la Constitución?
-La Constitución puede ayudar a tener una sociedad con una nueva épica y más tolerancia, pero no es suficiente. La Constitución tiene que definir cuáles serán los límites de acción y defender a los ciudadanos contra el poder del Estado y de los políticos.
¿Cómo ve el debate entre Estado subsidiario o no?
-Lo importante es que en la Constitución quepan desde una sociedad socialdemócrata hasta una liberal, y no puede dar espacio al populismo o a un Estado clientelista tipo peronista. La gran división en Chile no es entre la derecha e izquierda, sino que entre los que creen en una sociedad libre con más o menos Estado o impuestos con perspectiva más socialdemócrata, y los que quieren imponer con violencia un Estado colectivista, clientelista como el de Cristina Kirchner, donde no hay espacio ni respeto a la libertad, y ahí están Daniel Jadue y Pamela Jiles. Quienes creemos en una sociedad democrática libre tenemos que unir fuerzas y ganar las elecciones para que Chile siga viviendo en esa senda, y no se vea afectado por un populismo tipo peronista que va a conducir a una enorme desilusión, pobreza, desigualdad u servidumbre.
¿Qué le pareció la reacción de los mercados, que no fue como se había anticipado?
-Lo que viene está por verse, los mercados están tranquilos, pero nerviosos, porque hay una enorme incertidumbre sobre qué va a pasar. Hoy enfrentamos una página en blanco, y por consiguiente está en nosotros los chilenos que la escribamos con buena letra, pero también hay otros que quieren escribirla con borrones. Por tanto, aún el resultado es impreciso.
Chile está viviendo este proceso junto con la peor pandemia, ¿cómo le pega a la economía, qué se puede esperar de esa recuperación que se espera?
-La economía está pasando momentos muy difíciles y va a pasar por momentos aún más difíciles. Este año ha habido cierta anestesia producto de la postergación de los pagos, de la ayuda del Estado a las personas y empresas, el retiro de las AFP, pero el próximo año hay que empezar a pagar los créditos y se van a terminar las postergaciones, y habrá una economía muy debilitada, si a eso añadimos que hay una enorme incertidumbre respecto de cómo va a resultar el proceso constituyente, la economía, al igual que la sociedad, vive con esta moneda al aire de 50/50.
¿Cómo debería actuar el gobierno en términos legislativos respecto de la reforma previsional?
-El gobierno tiene una tremenda tarea de hacer reflotar la economía en medio de este clima adverso, pero escuchando a la ciudadanía con reformas técnicamente bien hechas. Pienso que la reforma previsional del gobierno y de la oposición fracasaron, no son viables. No es viable hoy subir las cotizaciones cuando hay casi dos millones de personas sin trabajo.
¿Qué le parece este segundo retiro del 10% que se está aprobando?
-Más que un retiro es un adelanto de pensiones, por consiguiente tendremos pensiones más bajas cuando jubilemos, y eso es grave y una mala idea. Se podría haber propuesto un sistema de retiro con devolución, lo más grave es el elemento populista, porque los políticos están tratando de comprarse el afecto de los votantes con la propia plata de los votantes.
¿Ha pensado ser constituyente?
-Me gustaría ser, si eso aporta, no sé si se podrá concretar. Lo inteligente es que los partidos lleven muchos independientes, aquí hay una lógica, y es que los ciudadanos le pongan las reglas a los políticos.