Biden trata de trasladar la responsabilidad de la alta inflación a la Fed tras reunión con Powell
Se trata de la tercera sesión en persona entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden con el máximo responsable de la Reserva Federal desde que asumió el cargo.
El presidente Joe Biden aprovechó una inusual reunión con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, para declarar que respeta la independencia del banco central y, al mismo tiempo, trasladar la responsabilidad de controlar la inflación más alta en décadas antes de las elecciones legislativas de noviembre.
Biden aprovechó la sesión en el Despacho Oval para argumentar que, si bien la lucha contra el aumento de los precios es su principal prioridad, esa labor corresponde principalmente a la Reserva Federal.
“Mi plan es abordar la inflación. Eso comienza con una propuesta simple: respetar a la Reserva Federal, respetar la independencia de la Reserva Federal, cosa que he hecho y seguiré haciendo”, dijo Biden.
Se trata de la tercera sesión en persona de Biden con Powell desde que asumió el cargo, y recuerda lo que ocurrió cuando Ronald Reagan se reunió con el entonces jefe de la Fed, Paul Volcker, hace casi cuatro décadas, mientras buscaba la reelección en medio de la desenfrenada presión de precios.
Biden ha intentado demostrar que está maximizando los esfuerzos para frenar la inflación más alta de los últimos 40 años de cara a las elecciones legislativas de noviembre, en las que los demócratas corren el riesgo de perder sus escasas mayorías en el Congreso.
La Casa Blanca ha intentado cada vez más trasladar la responsabilidad de la lucha contra los precios a la Fed en sus comentarios públicos, ya que las encuestas muestran que el aumento de los costos es la principal preocupación de los votantes. En un artículo de opinión publicado el lunes en el Wall Street Journal, Biden dijo que la Fed tiene “la responsabilidad principal de controlar la inflación”.
Biden dijo este martes que su papel como presidente es darle a la Fed “el espacio que necesita para hacer su trabajo”, y agregó: “No voy a interferir con su trabajo de importancia crítica”.
Independencia de la Fed
Los presidentes modernos, con la excepción de Donald Trump, han declarado públicamente su compromiso con la independencia de la Fed y han mantenido en privado cualquier crítica o consejo.
Trump rompió con esa tradición, criticando regularmente al banco central, argumentando que debería haber sido más agresivo en la reducción de las tasas de interés, y en un momento dijo que estaba considerando degradar a Powell.
Biden trató de establecer un contraste con Trump, escribiendo en el artículo de opinión que su predecesor “degradó a la Fed, y los presidentes anteriores han tratado de influir en sus decisiones de manera inapropiada durante períodos de inflación elevada. Yo no lo haré”.
Volvió a nominar a Powell para un segundo mandato de cuatro años al frente de la Fed, restaurando la tradición de mantener en su puesto al presidente que heredó de la Administración anterior. Powell fue ratificado por el Senado a principios de este mes y juró en el cargo la semana pasada.
Aun así, el asesor económico de la Casa Blanca, Brian Deese, defendió la reunión, diciendo que era “una práctica habitual que los presidentes y los presidentes de la Reserva Federal se reúnan de vez en cuando para compartir puntos de vista sobre la economía”.
Biden utilizará su sesión para enfatizar que le está dando al banco central “espacio para operar” de forma independiente para abordar la crisis de inflación, dijo Deese, que asistió a la reunión junto con la secretaria del Tesoro y expresidenta de la Fed, Janet Yellen, en una entrevista con Bloomberg Television.
El banco central responde ante el Congreso, que le ha dado el doble mandato de buscar la estabilidad de precios y el máximo empleo, aunque los presidentes pueden elegir a los siete gobernadores de la Fed, incluido el presidente y dos vicepresidentes. Por ello, los funcionarios de la Casa Blanca generalmente tratan de evitar comentar sobre política monetaria.
Trump ignoró de plano la práctica anterior y criticó regularmente a Powell por subir las tasas de interés, llamándolo “despistado” y preguntádole si era un “enemigo mayor” que el presidente chino Xi Jinping.
En un momento, Trump incluso consultó a sus asesores si podía despedir a Powell, al que había ascendido a presidente. Powell se mantuvo firme, confirmando públicamente que no dimitiría si el presidente se lo pidiera, pero por lo demás se negó a comentar el aluvión de críticas, a menudo despectivas.
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