Hasta hace poco, las grandes corporaciones en Chile tenían prácticamente todo el poder para establecer condiciones de pago con sus proveedores. Una nueva ley está cambiando esta situación y podría significar tasas de préstamo más bajas para todos.
En el pasado no era extraño escuchar a las pequeñas empresas quejarse de que podía demorar hasta seis meses recibir un pago. En el entretiempo muchos proveedores vendían sus cuentas por cobrar a empresas de factoring con un gran descuento solo para llegar a fin de mes.
Ahora, la nación sudamericana está tratando de poner fin a este tire y afloje. La semana pasada entró en vigencia una nueva ley, conocida como "ley de pronto pago", que exige que las empresas paguen sus cuentas en 30 días o de lo contrario se enfrentarán a multas. Un efecto inesperado del proyecto de ley en el mediano plazo podría ser tasas de financiamiento más bajas para todos, de acuerdo con Christopher Bosler, director ejecutivo de la Bolsa de Productos, una bolsa con sede en Santiago que comercializa principalmente cuentas por cobrar, conocidas como "facturas", así como productos agrícolas.
Dado que las compañías más grandes generalmente pueden negociar mejores términos de préstamo que las pequeñas o medianas empresas, su búsqueda de fondos para cumplir con plazos más cortos hará que las tasas de interés promedio bajen en los próximos dos o tres años, dijo Bosler en una entrevista la semana pasada con Pauta Bloomberg radio.
"La ley establece una multa de aproximadamente 1,2% del monto total por mes, lo que para una empresa más pequeña no es mucho, pero es caro para una compañía más grande", dijo Bosler. "Las compañías más grandes buscarán reemplazar esta financiación con fuentes más baratas".
Bosler dijo que las empresas de factoring y la propia Bolsa de Productos pasarán de proporcionar financiamiento a solo proveedores a una combinación de proveedores y clientes. En promedio, una pequeña empresa obtiene financiamiento de una empresa de factoring a tasas entre 1,5% y 2% por mes, o 18 a 24% por año, mientras que las compañías más grandes pueden negociar tasas tan bajas como 6% por año, comentó Bosler.