La subasta de autos de Gooding & Co. que tendrá lugar el 24 de agosto en Pebble Beach, California, presentará Aston Martins de época, Bugattis antiguos y Mercedes con sobrealimentador. También tiene un sedán deportivo BMW de 2002 que se parece sospechosamente al auto que su vecino compró nuevo y, pasados 16 años, sigue conduciendo.
El sedán BMW M5 E39 de 2002, que tenía un precio de venta sugerido por el fabricante (MSRP por su sigla en inglés) de US$72.000 a US$75.000, llega con una estimación de subasta de US$140.000 a US$180.000, o sea 1.100 por ciento más que la valuación actual del Kelley Blue Book, que alcanza un máximo de US$15.630.
La razón por la cual este auto es valioso, y la forma en que se determina dicho valor, dice tanto sobre la manera en que está estructurado el mercado de autos de colección como sobre las cualidades inherentes al auto propiamente dicho, dice David Brynan, especialista sénior de Gooding & Co. "El mercado de colección se mueve gracias a iniciados, y son ellos los que asignan valor a las cosas", explica.
"En este momento, hay muchas personas que coleccionan BMW y, para ellas, este M5 de 2002 es el santo grial". (Una reseña del modelo 2000 en la revista Motor Trend lo definió como "el mejor súper-sedán producido en la historia".)
Este BMW particular fue comprado por un hombre de Rancho Santa Fe, California, que adquirió un M5 para conducir y un segundo para guardar. Prácticamente no lo ha conducido: el cuentakilómetros marca apenas 703 kilómetros (437 millas).
"En el caso de los BMW, los criterios pasan en realidad por cuán originales son, porque hay muchos que fueron conducidos y usados como autos comunes", dice Brynan. "Este es esencialmente un auto nuevo".
Todavía tiene los adhesivos de inspección previos a la entrega y su planilla de control de auto nuevo; hasta el soporte de la matrícula conserva el envoltorio.
Hay autos y autos
Por supuesto, no todos los autos son iguales; un Dodge Neon de 1996 casi nuevo no obtendría un precio tan deslumbrante de seis dígitos.
La condición de nuevo de este BMW, en cambio, ostenta semejante cachet porque en los últimos tres años su estatus de auto de culto ha crecido considerablemente.
"Se construyen pocos autos nuevos que estén pensados para ser de colección", explica Brynan. Al igual que el BMW M5, la mayoría va adquiriendo su estatus con el tiempo. "Se lanzan, se deprecian y después la gente se da cuenta de que son especiales y lentamente comienza a apreciarlos", dice.
No hay cifras precisas de la cantidad de M5 E39 de 2002 producidos, pero el consenso indica que se vendieron menos de 10.000 en Norteamérica durante su período de producción 1999-2003.
La popularidad de este modelo comenzó a surgir cuando la gente tomó conciencia de que representa la última "experiencia totalmente mecanizada", dice Eric Keller, fundador y propietario del Enthusiast Auto Group, una concesionaria y comercio con sede en Cincinnati que se especializa en BMW. La interferencia informática en la experiencia de conducción es mínima; contrariamente a los modelos más nuevos en los cuales la potencia, la dirección y la estabilidad son moduladas por una computadora de a bordo, los M5 E39 dependían mucho más del control del conductor. Es incluso el último M5 construido con varilla medidora. Para 2006, el nivel de aceite del M5 V10 se controlaba electrónicamente.
"He vendido unos 400 en los últimos 15 años, y todos fueron modelos del año 2002 y 2003", continúa Keller. "Esos dos años son los más codiciados".