El ciclo de alzas de tasas de la Reserva Federal, junto con la señales de una desaceleración económica, son los principales factores que explican el negro año para los mercados globales.
En este escenario de incertidumbre, la volatilidad reinó. El Vix, conocido como el índice del miedo, acumula alza anual de 167%, su mayor avance en la historia. En la misma línea, el MSCI World -indicador que agrupa a las bolsas de países desarrollados- se apronta a cerrar el año con baja de casi 12%, su peor desempeño desde la crisis subprime.
En ese sentido, Bice Inversiones explica que los niveles de volatilidad sorprendieron a los inversionistas, quienes tomaron una postura más cauta frente a los activos de riesgo. Esto, "hasta no ver una moderación significativa en las tensiones comerciales entre China y EEUU y ver una estabilización en distintos indicadores macroeconómicos en economías relevantes para el mundo", detalla un informe del banco.
Y el último golpe para el ánimo de los inversionistas lo protagonizó la Fed. A pesar de que la entidad rebajó sus proyecciones de crecimiento para 2019, anticipó dos alzas de tasas en lugar de tres. La determinación aumentó las dudas sobre el impacto de los incrementos, en medio de la desaceleración que se avecina. Con este escenario, la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 10 años se ubicó en 2,7%, su mayor alza desde 2013.
Bolsas sufren
El balance anual de las principales ruedas bursátiles del mundo da cuenta de la fuerte aversión al riesgo. Wall Street se encamina a cerrar con pérdidas anuales de casi 8%, su peor desempeño en 10 años. En tanto el, MSCI de economías emergentes acumula baja anual de 18%, resultado no visto en siete años. La ola de ventas también se observa en Europa. El Euro Stoxx 50 -que reúne a las mayores compañías de la eurozona- despedirá el año con una caída de 14%, mientras que el Dax de Alemania lidera las pérdidas de 2018 en el Viejo Continente con una baja de 18%, peor resultado en 10 años.
¿Qué pasó en Chile?
Fue un año negativo para la gran mayoría de las plazas bursátiles, y la Bolsa de Santiago no fue la excepción. Al cierre de las operaciones de la última sesión del año, el SPCLXIPSA, principal selectivo accionario, apuntó pérdida anual de 8,25%, su resultado más bajo desde la caída de 14% alcanzada en 2013.
Para explicar el negro año que vivió el parqué local, la subgerente de estudios de Bci, Pamela Auszenker, puntualiza en el clima de alta volatilidad en los mercados globales, sumado a los riesgos políticos en Latinoamérica. "Las tensiones entre EEUU y China, han sido determinantes en el magro desempeño, a lo que se suma la latente desaceleración del gigante asiático, que golpea a emergentes", explica Auszenker. A este panorama se sumaron las turbulencias por las elecciones en Brasil y la crisis política y económica que golpea a Argentina. En ese sentido, el estratega de inversiones de Vector Capital, Víctor Viera, dice que a pesar de la recuperación de la economía local, "los conflictos geopolíticos y comerciales de la región nos afectaron de sobre manera, en dónde los sectores de retail, commodities y eléctrico fueron los más perjudicados".
Respecto a los títulos ganadores del año, Concha y Toro encabeza el listado con un alza de 16%. Detrás se ubica Itaú y Banco Santander con ganancias anuales de 15,7% y 7,2%, respectivamente. En la vereda del frente, el peor desempeño lo tuvo Vapores con una pérdida de 40,5%. Le sigue Cencosud con una caída de 30,8% en el año y SQM-B con una baja de 25%. El positivo resultado de la banca se explica por la exposición del sector al ciclo doméstico, según Auszenker, y agrega que "se ha visto un repunte significativo del crecimiento económico chileno".
Sobre las compañías perdedoras Viera detalla que empresas como SQM, "se vieron impactadas por la caída de los commodities, en cuanto se concretó la guerra comercial. En esa misma línea se vio perjudicado Vapores, donde el comercio marítimo se complicó por los altos precios del petróleo". En medio de los riesgos para la economía de China, los precios del cobre acumulan una baja anual de 16%. Dicha debilidad, sumado a la fortaleza internacional del dólar, impactaron al tipo de cambio local.