En septiembre los mercados tuvieron que digerir una gran cantidad de noticias, como nuevas tarifas de comercio internacional, estímulos monetarios adicionales, afloración de riesgos geopolíticos tras el ataque a Arabia Saudita, y anuncios de investigaciones en contra de Donald Trump.
A pesar de esto, las bolsas de países desarrollados lograron aumentar a los niveles de julio, variación que, esta vez, vino acompañada de un avance en las tasas de gobierno. Este hecho revela una particular diferencia respecto de lo observado en el año, período en que los precios de los activos se han beneficiado por las medidas de estímulo monetario. Esto último, por su naturaleza, tiende a favorecer a los activos de riesgo y a presionar las tasas a la baja, lo que dista de lo visto en el presente mes.
Es innegable que la actividad mundial se mantiene débil, principalmente en países industrializados como Alemania, lo que probablemente llevará a la Fed a bajar su tasa rectora en su próxima reunión. Lo anterior, junto a los riesgos de comercio global y complicaciones del Brexit, seguirán manteniendo en niveles contenidos a las tasas globales en el corto plazo.
Sin embargo, la evidencia de septiembre vuelve a manifestar los riesgos asimétricos que enfrenta la renta fija global. Una de las noticias positivas del mes tiene relación con las sorpresas de actividad conocidas en EE.UU., registros que terminaron por superar las expectativas de los analistas. Además, la Fed ha comenzado a señalar una trayectoria más estable para su tasa rectora, en donde sólo 7 de sus 17 consejeros proyectan una nueva baja para 2019.
De no haber un deterioro adicional en la actividad mundial, pareciera que parte importante del estímulo monetario global podría ya haber sido implementado. Este escenario, se transformaría en un riesgo para las tasas de mayores duraciones, toda vez que sus niveles incorporan escenarios económicos adversos. Nuevas sorpresas de crecimiento o moderación de los principales riesgos podrían generar alzas en las tasas como las de septiembre. Los peligros de invertir en bonos de mayores plazos comienzan a ser manifiestos tras la evidencia de este mes, situación que podría sugerir que las tasas de mercado de mayores plazos podrían comenzar a situarse en torno a sus niveles mínimos de este año.