Para los inversores más valientes y tolerantes al riesgo –del tipo Franklin Templeton y Pimco–, las operaciones argentinas en los últimos años consistían en sumergirse en el mercado local e invertir en bonos denominados en pesos. Con tasas de interés de hasta 75%, era una máquina generadora de retornos.

Pero ahora, en medio de un colapso que ha puesto al país al borde del incumplimiento una vez más, estos bonos han llevado la peor parte. No solo han caído en valor –al igual que las notas en dólares del país–, sino que también han sido golpeados por una caída de 25% en el peso y atrapados por los controles de capital impuestos por el gobierno esta semana. Ese movimiento –un intento desesperado por estabilizar el peso– en efecto impide a los inversores sacar dinero del país a través de los mercados tradicionales de divisas.Esto deja a muchas gestoras de bonos enfrentando pérdidas y buscando salidas alternativas.
Un método ha saltado inmediatamente a la palestra, el mismo utilizado durante años para evitar los controles durante el gobierno previo de la versión izquierdista del peronismo que ahora probablemente retomará la presidencia el próximo mes. Se llama "contado con liquidación" y consiste en la compra –con pesos– de ciertos tipos de acciones o bonos en el mercado local y la posterior venta de esos valores en el extranjero por dólares.
Sin embargo, no es barato: el tipo de cambio efectivo del peso es actualmente 8% más débil que el precio vigente en el mercado de divisas."Los veteranos que solían invertir en bonos en moneda local anteriormente conocen la jugada", afirma Edwin Gutiérrez, jefe de deuda soberana de mercados emergentes en Londres de Aberdeen Asset Management, quien asegura haber utilizado la tasa paralela durante los controles de capital implementados por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. "Es un regreso a los viejos tiempos".

Por anteriormente, se refiere a antes de que el presidente Mauricio Macri, un reformador de libre mercado decidido a devolver a la normalidad la decadente economía argentina controlada por el estado, asumiera el cargo en 2015.

Una promesa fue anular los controles de capital, y lo logró en su primera semana en el cargo. Estableció un gabinete estrella con veteranos de Wall Street para resolver demandas con acreedores y regresar a Argentina a los mercados de bonos en el extranjero.
En los dos años siguientes, los funcionarios de finanzas vendieron suficientes bonos locales para construir una curva de bonos en pesos, en medio de la promesa de una desaceleración de los precios. Después de subir las tasas hasta convertirse en las más altas del mundo –el índice de referencia ahora está en 86%–, atrajeron a inversores extranjeros como Michael Hasenstab de Franklin Templeton para que realizarán apuestas a largo plazo por los bonos en pesos.
El administrador del dinero mantuvo su postura alcista, incluso cuando el peso cayó 50% el año pasado, en medio de una creciente preocupación por las perspectivas de crecimiento e inflación.
El carry trade de Argentina, la práctica de comprar notas locales con dólares prestados, ofreció un modesto retorno en 2017 antes de la desbandada de 2018. Su desempeño en la primera mitad de este año fue uno de los mejores del mundo, aunque ahora es negativo para el año.
Algunos inversores extranjeros, especialmente Pacific Investment Management Co., se aferraron a los bonos locales de tasa flotante que rastrean la tasa de política monetaria del país, lo que los convierte en el bono que más paga en el mundo.

Apuesta por el peso

Otros gestores de fondos, desde T Rowe Price hasta VanEck, también se encontraban entre los principales tenedores extranjeros de bonos en moneda local. Las notas en pesos han tenido un rendimiento inferior a los bonos en dólares en el extranjero desde que se anunciaron los controles de divisas el domingo.

"Muchos inversores pensaron que Argentina estaba en camino de convertirse en Chile o Colombia, estable, con grado de inversión", asegura Leo Chialva, socio de la consultora Delphos Investment, con sede en Buenos Aires. "Esos grandes fondos están horrorizados por las últimas medidas".

Es difícil saber exactamente cómo salió todo para Franklin Templeton o Pimco, y ninguna de las firmas discutiría cómo le fue en detalle. Si bien Argentina representa solo una pequeña porción de los activos de Franklin Templeton, el fondo de bonos de mercados emergentes de Templeton tuvo su mayor caída desde la crisis financiera de 2008 el día después de los resultados de las elecciones primarias de Argentina. Un lado positivo: los bonos en pesos a tasa fija, cuyo titular principal es Franklin Templeton, no serán parte de un plan de reperfilamiento de deuda que ahora propone el gobierno.

Si bien Argentina siempre fue una parte muy pequeña de los activos totales de Pimco, el administrador del fondo diversificó sus tenencias en el país "con más protección a la baja en un evento de mercado extremo" y "evitó las exposiciones más grandes con mayores pérdidas que han impactado a otros inversores importantes", dijo el mes pasado su portavoz, Michael Reid.

Bajo las normas anunciadas por Argentina el domingo, los exportadores deben repatriar divisas por concepto de ventas en el extranjero en un plazo de cinco días. Las corporaciones necesitarán autorización del banco central para comprar dólares en el mercado de divisas, excepto en casos de comercio internacional. Mientras tanto, las personas no podrán comprar más de US$10.000 al mes.

"El objetivo es proteger la estabilidad cambiaria y a los ahorristas", dijo Guido Sandleris, el jefe del banco central, el día después de retomar los controles.

La brecha entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio para el contado de liquidación, que llegó a ser de hasta 40% durante los años de Kirchner, no superará el 10% esta vez, asegura Chialva. Esto se debe a que los controles no son tan estrictos como en el pasado, especialmente para los individuos. Además, después de caer 20% desde las primarias, el peso tiene un valor razonable dada la probabilidad de que un gobierno de izquierda gane la presidencia el próximo mes, dice.

A medida que regresa el contado con liquidación, la firma local de correduría Portfolio Personal Inversiones envió una nota a los recién llegados para explicar cómo funciona el sistema.

Es "una forma costosa pero fluida de convertir este dinero basura en dólares", decía.