Para los inversores más valientes y tolerantes al riesgo –del tipo Franklin Templeton y Pimco–, las operaciones argentinas en los últimos años consistían en sumergirse en el mercado local e invertir en bonos denominados en pesos. Con tasas de interés de hasta 75%, era una máquina generadora de retornos.
Por anteriormente, se refiere a antes de que el presidente Mauricio Macri, un reformador de libre mercado decidido a devolver a la normalidad la decadente economía argentina controlada por el estado, asumiera el cargo en 2015.
Apuesta por el peso
Otros gestores de fondos, desde T Rowe Price hasta VanEck, también se encontraban entre los principales tenedores extranjeros de bonos en moneda local. Las notas en pesos han tenido un rendimiento inferior a los bonos en dólares en el extranjero desde que se anunciaron los controles de divisas el domingo.
"Muchos inversores pensaron que Argentina estaba en camino de convertirse en Chile o Colombia, estable, con grado de inversión", asegura Leo Chialva, socio de la consultora Delphos Investment, con sede en Buenos Aires. "Esos grandes fondos están horrorizados por las últimas medidas".
Es difícil saber exactamente cómo salió todo para Franklin Templeton o Pimco, y ninguna de las firmas discutiría cómo le fue en detalle. Si bien Argentina representa solo una pequeña porción de los activos de Franklin Templeton, el fondo de bonos de mercados emergentes de Templeton tuvo su mayor caída desde la crisis financiera de 2008 el día después de los resultados de las elecciones primarias de Argentina. Un lado positivo: los bonos en pesos a tasa fija, cuyo titular principal es Franklin Templeton, no serán parte de un plan de reperfilamiento de deuda que ahora propone el gobierno.
Si bien Argentina siempre fue una parte muy pequeña de los activos totales de Pimco, el administrador del fondo diversificó sus tenencias en el país "con más protección a la baja en un evento de mercado extremo" y "evitó las exposiciones más grandes con mayores pérdidas que han impactado a otros inversores importantes", dijo el mes pasado su portavoz, Michael Reid.
Bajo las normas anunciadas por Argentina el domingo, los exportadores deben repatriar divisas por concepto de ventas en el extranjero en un plazo de cinco días. Las corporaciones necesitarán autorización del banco central para comprar dólares en el mercado de divisas, excepto en casos de comercio internacional. Mientras tanto, las personas no podrán comprar más de US$10.000 al mes.
"El objetivo es proteger la estabilidad cambiaria y a los ahorristas", dijo Guido Sandleris, el jefe del banco central, el día después de retomar los controles.
La brecha entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio para el contado de liquidación, que llegó a ser de hasta 40% durante los años de Kirchner, no superará el 10% esta vez, asegura Chialva. Esto se debe a que los controles no son tan estrictos como en el pasado, especialmente para los individuos. Además, después de caer 20% desde las primarias, el peso tiene un valor razonable dada la probabilidad de que un gobierno de izquierda gane la presidencia el próximo mes, dice.
A medida que regresa el contado con liquidación, la firma local de correduría Portfolio Personal Inversiones envió una nota a los recién llegados para explicar cómo funciona el sistema.
Es "una forma costosa pero fluida de convertir este dinero basura en dólares", decía.