El banco central de Brasil intensificó los esfuerzos para apuntalar la moneda nacional después que se debilitara al nivel más bajo desde la tumultuosa destitución de la expresidenta Dilma Rousseff en 2016.
Los encargados de política ofrecieron vender US$1.500 millones adicionales de contratos de permuta, además de los US$750 millones que habían estado subastando diariamente después que la moneda se depreciara hasta 1,6%, lo que en la práctica triplicó su soporte.
El real redujo sus pérdidas después del anuncio que indica que las autoridades no permitirán una venta masiva.
"Se están moviendo para aliviar la volatilidad y evitar la disfunción en los mercados", dijo Carlos Kawall, economista de Banco Safra en Sao Paulo.
Si bien las permutas no cambian la oferta física de dólares en Brasil, respaldan el real satisfaciendo la demanda de los inversionistas que desean protegerse contra el riesgo del declive de la moneda brasileña. También impulsan las tasas de préstamos en dólares, alentando a los bancos comerciales a llevar dólares a Brasil para beneficiarse de las tasas más altas en el país.
El real se ha debilitado 12% desde fines de marzo, ante la preocupación de los inversionistas de que las elecciones de octubre puedan representar el comienzo de un nuevo presidente con menos sintonía con los inversionistas y las empresas. El temor a que medidas consideradas clave para solucionar los problemas fiscales sean descarriladas ha exacerbado lo que ya ha sido un año mediocre para mercados emergentes.
Al cierre de las operaciones en Sao Paulo, el par dólar-real subió 1,7% hasta los 3,809 reales.
El banco central solo vendió cerca de la mitad de los 30.000 contratos ofrecidos en la subasta adicional y llamó a uno nuevo, el tercero del día, para vender el resto. "El banco central acertó el momento, entrando para tratar de frenar un movimiento especulativo", dijo Italo Abucater, jefe de operación de divisas en la corredora Tullett Prebon.