El banco central de Brasil elevó su tasa de interés en 100 puntos básicos y prometió un aumento de la misma magnitud para su próxima reunión, ralentizando el ritmo de uno de los ciclos de ajuste más agresivos del mundo con la intención de evaluar el impacto inflacionario del alza de los precios del crudo.

Los responsables de la política elevaron el miércoles la tasa de referencia Selic a 11,75%, según lo pronosticado por 38 de 44 economistas encuestados por Bloomberg y en línea con la guía anterior del banco central para un aumento más moderado. El resto de los analistas esperaba un cuarto aumento de 150 puntos básicos o bien, una todavía alta alza de 125 puntos básicos. Hasta ahora, el banco ha aumentado las tasas en 975 puntos básicos en los últimos 12 meses.

“El momento requiere serenidad para evaluar el tamaño y la duración de los shocks actuales”, escribieron los responsables de la política en un comunicado acompañando su decisión. “Si esos shocks resultan ser más persistentes o más grandes de lo previsto, el Comité estará listo para ajustar el tamaño del ciclo de ajuste monetario.

Los responsables de política dirigidos por Roberto Campos Neto están maniatados ante una inflación superior al 10% y un crecimiento tibio en la economía más grande de América Latina. Al tiempo que los precios de los productos básicos aumentaban en todo el mundo, la compañía petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA elevó la semana pasada el costo del diésel hasta en un 25%, impulsando las expectativas de precios al consumidor hasta 2024 aún más por encima del objetivo. Se espera que el producto interno bruto se expanda este año solo un 0,5% debido en parte a condiciones monetarias más ajustadas.

La decisión de Brasil se produjo horas después de que la Reserva Federal de Estados Unidos elevara las tasas de interés en un cuarto de punto porcentual. A nivel regional, se espera que bancos centrales, desde México hasta Chile, continúen endureciendo la política monetaria a finales de este mes.

Jerome Powell, titular de la Fed

La inflación anual en Brasil superó las expectativas en febrero y, con un 10,54%, se sitúa cerca del máximo del año pasado. Los aumentos fueron generalizados, en tanto que las condiciones climáticas adversas hicieron subir los precios de los alimentos y las manufacturas se enfrentaron a la escasez de suministros.

La mayoría de los economistas prevén que el aumento del costo de vida se desacelerará a 6,45% en diciembre y a 3,70% en 2023, según la mediana de las estimaciones de una encuesta del banco central. Esos pronósticos todavía están por encima de los objetivos para este año de 3,50% y 3,25% el próximo.

El lento crecimiento económico junto con una mayor inflación y costos de endeudamiento, están perjudicando la imagen del presidente Jair Bolsonaro antes de las elecciones de octubre. Su Administración ha extendido un programa de transferencia de efectivo, mientras que el Congreso aprobó este mes recortes de impuestos a los combustibles para amortiguar el golpe a los consumidores.