Haciendo un símil con un partido de fútbol, el técnico realizó un cambio: salió de Teatinos 120 la escuela económica francesa e ingresó la de Chicago. Con Rodrigo Cerda la escuela de Chicago vuelve a Hacienda después de 30 años.
Si bien las diferencias teóricas son varias, ya que uno es de una escuela más “dura” y otro más “blanda”, los economistas afirman que no se debería ver reflejado en el qué hacer a diario de Hacienda y califican el cambio como de “continuidad”.
Sebastián Edwards, académico de la Universidad de California comenta que no ve diferencias de fondo. “Ambos entienden que los extremos ideológicos son dañinos, y que hay que evitar dogmatismos y populismos. Veo mucha más continuidad que en el paso de Felipe Larraín a Ignacio Briones”.
Misma percepción tiene el exsubsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, quien menciona que tiene muchas “más similitudes” que diferencias. “Tiene capacidad de diálogo y buscará acuerdos para lograr objetivos”.
La exministra de Energía y vicepresidenta de Sofofa, Susana Jiménez, señala que la diferencia radica en el momento en que ingresa a Hacienda. “Cerda entra al ministerio en un momento en que ya se inició el proceso de vacunación, con miras a un segundo semestre normalizado del punto de vista sanitario, pero muy dañado en lo económico, y todo eso en un contexto electoral. Deberá saber administrar las expectativas que esto genera con la necesaria responsabilidad fiscal que ha caracterizado a nuestro país”.
El sello de Cerda
Para implementar su sello, Cerda no tiene mucho tiempo. Y por ello, en sus primeras declaraciones dijo que su ventaja era conocer el trabajo que se realiza en esta cartera para comenzar a funcionar desde el primer día.
En este contexto, los economistas afirman que su “sello” debe ser el de continuar los grandes que impulsó Briones: pensiones, exenciones y empleo público. De corto plazo mencionan que debe estar abocado a la pandemia, la reactivación y el empleo.
Felipe Larraín, exministro de Hacienda, comenta que su desafío es la recuperación económica, la reforma de pensiones y la consolidación fiscal. “Creo que marcará su sello en estos tres ejes”.
La economista jefa de Quiñenco, Andrea Tokman dice que su sello será “probablemente similar a lo que lo ha distinguido en otros cargos: estilo abierto y de mucho diálogo, donde le dé una relevancia especial a la evidencia y a los datos disponibles, con el fin de evaluar y ponderar los potenciales efectos inesperados en el diseño de políticas públicas”.
La economista agrega que “su experiencia y comprensión política será fundamental al momento de actuar con sentido de urgencia ante la actual crisis, con especial preocupación en la focalización y eficiencia del gasto público, pero sin perder de vista la capacidad de la economía en el largo plazo y, sobre todo, en el estado de las finanzas públicas que hereden las siguientes generaciones”.
Para Edwards su sello debe estar puesto en dejar temas enrielados o solucionados. Entre ellos, “pensiones, exenciones de impuestos, recaudación fiscal en el futuro, ingreso básico universal. Y digo dejar enrielados porque en tan poco tiempo no será posible finalizar todos los problemas que requieren solución”.
En tanto, Jiménez menciona que “el principal desafío será superar los estragos que deja en nuestro país el Covid, especialmente en lo que se refiere a la recuperación del empleo, la inversión y la actividad económica, además de sacar adelante las reformas pendientes, como la de pensiones. Será necesario además conjugar esa agenda urgente de apoyo con una mirada de largo plazo, buscando un acuerdo para la convergencia fiscal en los próximos años”.