El Comercio digital nos afecta a todos y ¿cómo no hacerlo? En menos de 5 años hemos visto la descarga masiva de aplicaciones que nos solucionan la vida, y que a otros les ha permitido generar ingresos para contribuir a la economía familiar y, por qué no decirlo, a la del país.

Pero como todo en la vida, este comercio digital no sólo trae cosas buenas sino también otras que no lo son tanto. Existe una diferencia relevante entre las empresas que prestan servicios en Chile frente a las plataformas digitales que lo hacen desde el extranjero: los impuestos que pagan las locales se quedan en nuestro país, mientras que los impuestos de las otras, hasta ahora, no lo hacen.

Si tomamos un Uber, por ejemplo, el viaje realizado en la cadena completa no paga impuestos, salvo que el chofer voluntariamente decida declarar esos ingresos para pagar sus impuestos personales. Ni Uber en el extranjero, ni el chofer que nos presta el servicio -salvo lo anteriormente dicho- pagan sus impuestos en Chile.

En cambio, si el mismo viaje lo tomamos con la otra plataforma digital domiciliada localmente, Cabify, la cadena completa sí cumple sus obligaciones tributarias en nuestro país.

¿Por qué ocurre esto?

Porque la norma chilena aún no define cómo gravar a estas empresas que no tienen domicilio en Chile, lo que trae como consecuencia real que, por ejemplo, los choferes no quieran trabajar en Cabify pues su comisión es menor a la que paga Uber. Y esto no pasa porque Uber sea mejor y Cabify peor, sino que porque simplemente Uber no paga ningún impuesto en Chile y Cabify sí lo hace y el chofer de Uber -como dije- solo pagará si voluntariamente decide declarar esos ingresos, pues el Servicio de Impuestos Internos no es capaz de fiscalizar a todos los que no declaran.

Entonces, ¿bastaría con que nuestra regulación domiciliara en Chile a las empresas digitales que no están alojadas en nuestro país? Parece que esa fórmula no es suficiente, dado el siguiente problema práctico: ¿cómo podría el Estado chileno cobrar impuestos a Uber en San Francisco, California? Piensen nada más en Aliexpress, ¿tendría que ir a China a cobrar?

Parece ser que la fórmula del domicilio, si bien suena inteligente, no es práctica.

Entonces nos preguntamos, ¿cómo debería cobrar impuestos el Estado chileno a estas plataformas? Algunos países han optado por cobrar un impuesto a la transacción. Otros han optado por cobrar IVA. Lo que ha sido una constante es que, para hacer este cobro, siempre se ha recurrido al banco emisor de la tarjeta de crédito en donde se cargan estos servicios al cliente. Y luego es el banco quien traspasa los impuestos que corresponden al fisco

Como podemos ver, la solución no es fácil. Pero mientras esto se resuelve, la economía sufre las inequidades de quienes sí cumplen y pagan. El comercio digital sin regulación es una competencia desleal que creo -sin temor a equivocarme- equivale al comercio clandestino en las calles, que tanto hemos luchado por erradicar. P