En base final de revisión se encuentra el proyecto de ley que reformulará la ley de quiebras. El propósito de la iniciativa es simplificar algunos procedimientos que son largos y complejos y, a la vez, facilitarles los requisitos, tanto a empresas como las personas, para que prefieran acceder a un proceso de reorganización antes que uno de quiebra.
De acuerdo al ministro de Economía, Lucas Palacios, la iniciativa tendrá tres pilares: mejorar el acceso, reducir los costos y flexibilizar las etapas para disminuir los tiempos de tramitación. “Uno de los objetivos es contar con una rehabilitación mucho más fácil, accesible y rápida de los deudores, ya sean personas o empresas”, señala el secretario de Estado.
Asimismo, menciona que “se modernizarán y agilizarán los procesos actuales de insolvencia, tanto para facilitar la reorganización de aquellas empresas que sean solventes y estén pasando problemas de liquidez, como para facilitar la liquidación respecto de aquellas empresas que sean inviables”. Esto, porque actualmente el costo para que las pymes puedan acceder a un proceso de reorganización es elevado, ya que se le exige contar con un informe de un contador y con la presencia de un veedor (síndico). Esto va en contra de la idea original de la ley, que era favorecer el reemprendimento.
El secretario de Estado sostiene que "el objetivo es hacer que el procedimiento de reorganización sea lo más eficiente y accesible para las micro y pequeñas empresas, por lo que se crea el método simplificado justamente para adecuarlo a su realidad, abaratando los costos de entrada y simplificando los procedimientos para facilitar llegar a acuerdo con los acreedores. De esta forma, las micro y pequeñas empresas podrán acogerse libremente a este proceso, sin que existan barreras artificiales que aumentan sus costos".
La iniciativa está hoy en la Secretaría General de la Presidencia y se espera que ingrese al Congreso dentro de los próximos días.