En el Congreso subsiste y avanza un proyecto que preocupa al empresariado, y que viene a profundizar la preocupación por el mercado laboral.
Este proyecto que cambia los contratos por obra y faena fue concebido de parlamentarios de todo el espectro político, que incluso firman autoridades actuales. Actualmente, está en segundo trámite en el Senado y establece una indemnización a todo evento cuando se cumpla el plazo del contrato equivalente a 2,5 días por mes trabajado salvo que renuncie o termine por causa de muerte.
También reconoce el feriado legal o vacaciones de los trabajadores con contratos definidos, por obra o faena, cuando se mantengan en el plazo de un año con un mismo empleador aunque se trasladen entre obras.
Esto genera inquietud en el ámbito privado, puesto que provoca un trato desigual frente a los contratos a plazo e indefinido.
De hecho, desde la Sociedad Nacional de Agricultura ejemplifican que los temporeros que se rigen por contratos de obra o faena, quedarían en mejor situación que el personal de planta. El gremio cuantifica el costo de la propuesta en unos US$400 millones anuales.
En un ambiente en el que se busca mejorar el ambiente de negocios para así elevar la contratación, este proyecto de ley es una medida que no debiera continuar avanzando en el Congreso.
Sería conveniente, por tanto, que el gobierno clarificara su posición respecto de esta materia, dado que sería un contrasentido que contenga indemnizaciones a todo evento, cuando ambas partes pactan un contrato por un plazo establecido.
Si lo que se quiere es evitar los abusos por ciertos empleadores con este tipo de contratos, se debe pensar en alternativas que no impacten a los trabajadores.