La inflación sorprendió a la baja en febrero, al registrar una variación mensual de -0,1%, la primera caída desde noviembre de 2020. Con este resultado, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula un 0,7% en lo que va del año y su variación en 12 meses bajó a 11,9%, desde el 12,3% de enero.
Una de las divisiones que mostró una incidencia negativa en el mes fue alimentos y bebidas no alcohólicas, con -0,064 puntos porcentuales y una variación de -0,3%.
Esta menor inflación tendrá un efecto directo en el precio de la canasta básica de alimentos que mide mes a mes el Ministerio de Desarrollo Social (MDS). Así, de acuerdo a los cálculos de Clapes UC, en términos mensuales este indicador habría caído en febrero entre 0,5% y 1%, siendo la primera contracción desde mayo de 2021.
Ahora, en su medición anual, la canasta registraría una desaceleración en su incremento. De esta forma, para el segundo mes del año la proyección apunta a una variación entre 24,1% y 24,7%. De concretarse, sería inferior al alza de 27,6% que hubo en enero y la menor desde octubre de 2022.
Con ello, considerando dicha estimación, se puede concluir que el valor de la Canasta Básica de Alimentos habría subido desde $51.903 en febrero de 2022 a un rango entre $64.396 y $64.721 en febrero de 2023.
Esta evolución cobra relevancia, ya que es el parámetro que fijó el gobierno para entregar el aporte complementario para suplir el alza que vayan teniendo los alimentos, incluido en la negociación por salario mínimo. De esta manera, el subsidio que se entregará a cuenta de febrero sería de entre $12.493 y $12.818 por carga familiar, a través del Subsidio Único Familiar (SUF) o de la Asignación Familiar al 60% de los hogares de menores recursos.
Según detalla el informe, a nivel de productos, en febrero destacaron las alzas en el precio del limón, leche en polvo entera y avena, mientras que las mayores bajas se registraron en los valores de la manzana, tomate, plátano, zanahoria y zapallo.
Ignacio Muñoz, investigador de Clapes UC, sostiene que, según los datos recopilados, “25 de los 79 productos que componen la canasta básica disminuyeron de precio respecto a enero, por lo tanto, no es una baja generalizada, pero sí de los productos más significativos dentro de la composición de la CBA”.
El análisis subraya que la Canasta Básica Alimentaria está compuesta por una serie de alimentos que permiten cubrir los requerimientos calóricos y proteicos de una persona con actividad moderada. Esos alimentos no se eligen de manera arbitraria, sino que son el resultado de cuáles son los hábitos de consumo de la población, que es información proporcionada por la VII Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), levantada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) entre diciembre de 2011 y diciembre de 2012. La canasta, entre otras cosas, incluye (en distintas cantidades) carnes, frutas, verduras, hortalizas, pan, leche, fideos, arroz y bebidas no alcohólicas y alcohólicas.
¿Siguen las bajas?
Las perspectivas para la inflación del año se ubican entre 4% y 5%, lo que sería una fuerte moderación en relación al cierre del año pasado, de 12,8%. Según el experto, hay datos que anticipan una disminución, entre ellos, “los precios internacionales de alimentos han seguido a la baja, además el tipo de cambio se ha consolidado en $800 por dólar lo que contribuirá a disminuir presiones en los alimentos locales en los próximos meses”. Sin embargo, subraya que “aún existen shocks que van en la dirección contraria, por ejemplo, incendios forestales y conflictos internacionales que podrían impulsar nuevamente al alza el valor de los alimentos”.
Así, dado este panorama, Muñoz puntualiza que “las recientes proyecciones estiman una inflación en torno al 5% para fines de 2023, por lo tanto, el alza de precios en la canasta básica debería moderarse respecto al 2022″. Pero advierte que eso “no quita los riesgos ante posibles sorpresas inflacionarias que puedan darse durante el año, como puede ser la discusión de un nuevo retiro de fondos previsionales o presiones inflacionarias externas”.