El 2022 cerró con la inflación más alta en 31 años. Pese a la moderación que tuvo el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en diciembre, que anotó una variación mensual de 0,3%, la medición anual fue de 12,8%, niveles no vistos desde 1991. En el último mes del año pasado, la división de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas fue la que tuvo la mayor incidencia, tanto en el mes como en el año, con un alza de 24,7% en 12 meses.
Esta alta inflación llevó también a que la Canasta Básica de Alimentos rompiera récord. Si bien en términos mensuales moderó su incremento en relación a noviembre de 1,3% frente al 3,6% previo, en la medición anual subió 28,2% en diciembre, la mayor alza anual desde que existen registros (2011) y más que duplicó la inflación total de 2022, lo que muestra cómo la inflación impacta en mayor medida a los sectores de menores ingresos. En montos, la canasta básica tiene hoy un costo de $64.407, mientras que hace un año era de $50.237.
Esta evolución cobra relevancia, ya que es el parámetro que fijó el gobierno para entregar el aporte complementario para suplir el alza que vayan teniendo los alimentos, incluido en la negociación por salario mínimo. De esta manera, el subsidio que se entregará por diciembre será de $14.170 por carga familiar, a través del Subsidio Único Familiar (SUF) o de la Asignación Familiar al 60% de los hogares de menores recursos.
Esta fórmula de entregar los recursos para paliar los efectos de la inflación en los sectores de menores recursos será reemplazada por el “Bolsillo Familiar Electrónico”, que consistirá en una transferencia estatal de $13.500 por carga fija por todo 2023. Esta se entregará dentro de la CuentaRUT como un monto separado, con el objetivo de aliviar el alza que han tenido los alimentos. Estos recursos cubrirán hasta el 20% del valor de las compras en este rubro. Esta medida está dentro del último plan de ayuda que anunció el gobierno la semana pasada.
De acuerdo con el último informe del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, se presentó un alza en 82% de los productos que componen la CBA (65 de un total de 79). En promedio, lo hicieron en 2,2% y fluctuaron entre 24,9% y 0%. Las principales alzas se dieron en frutas y verduras como limón, con un incremento de 24,9%; la manzana, con 17,7%; el choclo congelado, 6,3%, y la papa de guarda, con un alza de 5,6%.
Como contrapartida, fueron 13 los productos que disminuyeron en 2,7% promedio su valor con caídas que fluctuaron entre 14,4% y 0%. Las disminuciones más pronunciadas se dieron en el caso de la zanahoria, tomate, huevo de gallina, que disminuyeron 14,4%, 10,4% y 2,7%, respectivamente. Por su parte, tanto el plátano como el zapallo disminuyeron 1,4%. Un solo producto de la canasta no tuvo variación en su valor.
La Canasta Básica de Alimentos considera un umbral de requerimientos de 2.000 calorías diarias promedio por persona, en las zonas urbana y rural y se basa de la información proporcionada por la VII Encuesta de Presupuestos Familiares, realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas entre diciembre de 2011 y diciembre de 2012.
Su valor fue determinado a partir del gasto de aquel grupo de hogares correspondiente al quintil de menores ingresos per cápita que, dado su patrón de gastos en alimentos, satisface en promedio los requerimientos calóricos recomendados por persona al día.
Más de 335 mil personas caerían en pobreza
Una variable que se relaciona directamente con el precio de la Canasta Básica de Alimentos es la línea de la pobreza por ingresos. Esto, porque se estima sobre la base del gasto total de los hogares pertenecientes al estrato de referencia utilizado para la determinación de la Canasta Básica de Alimentos, excluyendo los gastos en alcohol y tabaco y el gasto en bienes y servicios adquiridos por menos del 10% de los hogares, sin diferenciar entre las zonas urbana y rural.
En diciembre tuvo un alza mensual de 0,6% hasta $ 218.126 para un hogar de una sola persona, y de 17,3% en comparación al monto que había hace un año. Con esto, para un hogar de tres integrantes la línea de pobreza ya se empina en los $ 470.643 y para uno de cuatro personas en $ 575.638. En cuanto a la línea de la extrema pobreza subió 0,6% hasta $145.417 por adulto equivalente para un hogar unipersonal, mientras que el incremento anual fue de 17,3%.
La línea de la pobreza se define como un indicador de la capacidad de satisfacer las necesidades básicas de una persona. Así, un hogar está en situación de pobreza si su ingreso por persona o ingreso del hogar es inferior al valor de la línea de pobreza. Y un hogar está en situación de pobreza extrema si su ingreso por persona es inferior a la línea de pobreza extrema.
De esta manera, para cuantificar el impacto que la inflación provoca en los indicadores de pobreza, un informe de Libertad y Desarrollo (LyD) realiza un cálculo que supone que los hogares estarían enfrentando mayores costos de la canasta básica y que los ingresos del hogar son reajustados por el índice de remuneraciones (IR) de ese período. Este ejercicio, además, supone que las condiciones laborales y de otro tipo se han mantenido.
En ese caso, según la coordinadora del programa Pobreza, Vivienda y Ciudad de LyD, Paulina Henoch, la pobreza aumentaría en 335.702 personas, pasando de 2.112.185 a 2.447.887, lo que se traduce en un alza desde 10,8% que había en noviembre de 2020 hasta 12,5% al cierre de diciembre de 2022. Mientras, que la pobreza extrema subiría en 116.483 personas, de 831.232 a 947.715 en ese mismo período.
Para Henoch, pese a que la inflación comienza a desacelerar, “el mayor costo de los alimentos persiste y su incremento ha dejado una serie de perjudicados, como son la población en pobreza de los chilenos”. Por esta razón, dice que “el gobierno debe tomar en cuenta que es necesario que la economía vuelva a niveles de inflación del 3%”.