La inflación escaló en julio hasta 13,1% anual, impactando el bolsillo de las personas. En especial, en productos de alto consumo: los alimentos. Y eso se reflejó en la variación anual que tuvo la canasta básica de alimentos que mide el Ministerio de Desarrollo Social mes a mes.
Siguiendo la tendencia alcista de mayo y junio, en el séptimo mes del año su costo subió 20,6%, llegando a $ 58.003, lo que corresponde a una variación mayor a la registrada en el periodo inmediatamente anterior de doce meses, de 17,9% en junio y de 17,3% de mayo, situándose como la variación acumulada más alta en la serie completa, desde diciembre 2013. En julio de 2021, el precio de la canasta fue de $ 48.079.
Esta evolución cobra relevancia ya que es el parámetro que fijó el gobierno para entregar el aporte complementario para suplir el alza que vayan teniendo los alimentos, incluido en la negociación por salario mínimo. De esta manera, el subsidio que se entregará en junio será de $9.924 por carga familiar, puesto que estos recursos se entregan a través del Subsidio Único Familiar (SUF) o de la Asignación Familiar al 60% de los hogares de menores recursos.
De acuerdo al último informe del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, 66 de los 79 productos que componen la canasta básica familiar que ellos miden tuvieron alzas en julio. En términos mensuales, entre las principales alzas estuvieron productos como el plátano (30,4%); zanahoria (14,7%); merluza (7,4%) y choclo congelado (6,9%). Las mayores disminuciones se dieron en el caso del limón, tomate y prepizza, productos que disminuyeron en 15,6%, 11,3% y 2,9%, respectivamente.
El informe resalta que el 84% de los productos que componen la canasta básica de alimentos experimentó un aumento en sus precios.
Línea de la pobreza al alza
Empujada por este mismo factor, si en junio la línea de la pobreza superó por primera vez los $200 mil, ahora ya se instaló sobre ese valor. En julio subió hasta los $205.176, mientras que la de la extrema pobreza llegó a $ 136.784. Esto implica una variación mensual para ambas líneas de 2% en julio y una variación en los últimos doce meses de 15%.
La línea de la pobreza se define como un indicador de la capacidad de satisfacer las necesidades básicas de una persona. Así, un hogar está en situación de pobreza si su ingreso por persona o ingreso del hogar es inferior al valor de la línea de pobreza. A su vez, se considera que un hogar está en situación de pobreza extrema si su ingreso por persona es inferior a la línea de pobreza extrema
Un informe de Libertad y Desarrollo hace un análisis de más largo plazo para cuantificar el impacto que los mayores precios pueden generar en la pobreza. Desde la última estimación oficial de la pobreza, el aumento del umbral con que se mide ha sido más que el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Según se detalla, el trabajo de campo de la encuesta Casen en Pandemia 2020 se concentró en noviembre 2020 y desde entonces la Canasta Básica de Alimentos ha aumentado un 21,9%, de $47.599 en noviembre 2020, a $58.003 en julio 2022, mientras que el umbral para ser considerado pobre subió un 17,8%, de $174.131 a $ 205.176 en ese mismo período, y el IPC ha crecido un 16,7%.
De esta manera, para evaluar cuánto de esta alza de precios ha incidido en la pobreza, un ejercicio es suponer que los hogares están enfrentando un costo de la línea de la pobreza más restrictivo y que los ingresos del hogar fueron reajustados por el índice de remuneraciones (IR) de ese período.
En ese caso, la coordinadora del programa Pobreza, Vivienda y Ciudad de LyD, Paulina Henoch, sostiene que “la pobreza aumentaría en 204.773 personas, de 2.112.185 a 2.316.958, de 10,8% a 11,9%, mientras que la pobreza extrema subiría en 68.159 personas, de 831.232 a 899.391, pasando de 4,3% a 4,6%”.
“En períodos de mayor inflación, el ingreso necesario para cubrir esta canasta básica debe ser mayor. Este ejercicio deja en evidencia que la mayor inflación afecta mayormente a la población con menos recursos. A su vez, estos grupos tienen menos mecanismos para protegerse cuando aumenta el costo de la vida”, complementa Henoch.
Qué incluye la canasta
La canasta básica de alimentos considera un umbral de requerimientos de 2.000 calorías diarias promedio por persona, en las zonas urbana y rural. Su composición fue realizada sobre la base de la información proporcionada por la VII Encuesta de Presupuestos Familiares, levantada por el Instituto Nacional de Estadísticas entre diciembre de 2011 y diciembre de 2012. Su valor fue determinado a partir del gasto de aquel grupo de hogares (estrato de referencia), correspondiente al quintil de menores ingresos per cápita que, dado su patrón de gastos en alimentos, satisface en promedio los requerimientos calóricos recomendados por persona al día.