Carbono Azul: cómo los ecosistemas marinos ayudan a combatir los efectos del cambio climático

En un nuevo programa de Hub Sustentabilidad en radio Duna, Cristóbal Girardi, líder de monitoreo y remediación ambiental de Fundación Chile, conversó sobre el rol de los ecosistemas marinos como almacenamiento de carbono azul, una nueva técnica que ayuda a combatir los efectos de la crisis climática global.

El concepto de carbono azul está relacionado con los ecosistemas marinos y costeros que contienen organismos fotosintéticos, como las macroalgas, marismas y humedales. Estos organismos, al absorber dióxido de carbono (CO2) a través de la fotosíntesis, ayudan a generar biomasa, secuestrando el carbono de la atmósfera.

Ante esto, Girardi plantea que la “importancia de gestionar estos ecosistemas para garantizar no solo la captura del CO2, sino también su almacenamiento a largo plazo”. Si el carbono no se almacena correctamente, explica, los esfuerzos de captura pueden ser en vano.

¿Cómo se puede gestionar el carbono azul?

Uno de los enfoques que Fundación Chile está explorando es el cultivo de macroalgas en el norte de Chile, específicamente en Bahía Inglesa. La iniciativa busca seguir la ruta del carbono desde la atmósfera hasta los sedimentos marinos, donde las algas muertas o desprendidas acumulan biomasa y secuestran carbono de forma natural. Girardi explica que este tipo de proyectos enfrenta desafíos, como las condiciones cambiantes y dinámicas de los ecosistemas marinos, que dificultan el seguimiento preciso del carbono.

Además de la captura directa de carbono en el ecosistema marino, se está desarrollando una metodología que convierte las algas cultivadas en bioproductos, como el biocarbón, que puede aplicarse en suelos agrícolas, mejorando sus propiedades y almacenando carbono de manera más accesible. Con esto, la Fundación Chile busca generar bonos de carbono que puedan ser certificados y comercializados. Empresas, como Angloamerican, que financia el proyecto, están buscando maneras de compensar sus emisiones de CO2 mediante créditos de carbono, y el carbono azul se perfila como una opción viable.

Angloamerican, que tiene como meta alcanzar la carbono-neutralidad para 2040, identificó que una parte de sus emisiones no podrán ser reducidas mediante tecnologías tradicionales, como la electromovilidad. Así, se acercaron a Fundación Chile para desarrollar un proyecto que permita la creación de créditos de carbono basados en el cultivo de macroalgas y la conservación de ecosistemas marinos.

Carbono azul: clave para mitigar el cambio climático

Chile, con extensa costa y ecosistemas marinos altamente productivos, tiene un potencial único para implementar proyectos de carbono azul. Ante esto, Girardi destaca que Chile podría contribuir significativamente al cumplimiento de sus NDC (Contribuciones Nacionales Determinadas), liderando esta transición hacia el uso de carbono azul como una herramienta de mitigación del cambio climático.

“En el sur de Chile se han investigado estas praderas de macroalga como uno de los más productivos a nivel mundial, entonces, también el conservar y estudiarlas, te puede permitir contribuir al cumplimiento de los NDC de del país”, comentó,

En el ámbito global, los ecosistemas marinos, incluidos los bosques de macroalgas, ya están siendo reconocidos por su capacidad para capturar y almacenar CO2. Estos ecosistemas, según estudios, pueden fijar el doble de carbono que los bosques boreales de Canadá, lo que resalta su potencial como aliados fundamentales en la lucha contra el cambio climático.

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