El fallecido expresidente Carlos Saúl Menem cultivó una estrecha relación con Chile. Y no sólo porque después de ejercer la primera magistratura trasandina se casara con Cecilia Bolocco, en lo que fue una mediática relación.
Claro porque cuando fue presidente impulsó juntó a su par chileno, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, una intensa relación bilateral que tuvo entre sus puntos más altos en materia económica la firma de un protocolo de integración gasífera en 1995.
Dicho acuerdo estableció las normas que regulan la interconexion gasifera y el suministro de gas natural entre ambos países. Y esto fue relevante para Chile ya que le permitió dejar de depender de las lluvias para la generación de energía.
“Cada Parte fomentará y alentará un régimen jurídico que permita a las personas naturales o físicas y jurídicas, la libre comercialización, exportación, importación y transporte de gas natural entre la Argentina y Chile”, consignaba ese protocolo de integración económica.
Sin embargo, hacia fines de los años 90, en la última parte del gobierno de Menem, la inversión energética empezó a debilitarse, situación que empeoró en 2002 con el recordado fin de la convertibilidad y la devaluación de su moneda. Esto finalmente derivó en que luego fueron congeladas las tarifas como el gas y la electricidad.
Y ello llevó a una disputa diplomática con Chile. Claro porque años más tarde Argentina empezó a cerrar la llave del gas hacia nuestro país, generando la molestia de las autoridades locales, encabezadas por el presidente Ricardo Lagos.
Para Santiago, dicho acuerdo había sido violado de manera unilateral por Buenos Aires, mientras Argentina se excusaba en que no fue ratificado por el Congreso.
Por ese entonces, en 2004, la generación de electricidad de Chile dependía en un 35% del gas natural importado de Argentina. De ahí la molestia y la preocupación del gobierno de Ricardo Lagos.
En ese contexto, Menem calificó como “inadmisible” la decisión de la Casa Rosada, gobernada por ese entonces por el también fallecido Néstor Kirchner.
“El incumplimiento de tratados internacionales es realmente inadmisible, máxime cuando se trata de tratados entre países amigos”, dijo el argentino a Radio Cooperativa, cuando vivía en Chile tras la compleja situación judicial que lo aquejaba en su país.
Crisis energética
La decisión argentina terminó provocando una dura crisis energética en Chile, pues las empresas generadoras se vieron obligadas a reemplazar el gas argentino por petróleo diésel, más caro, ineficiente y contaminante. Ello llevó a que el costo de la energía, en algunos casos, se multiplicara por seis, complicando por ejemplo a las empresas mineras y también elevando las cuentas de los clientes.
Para paliar esta situación, Chile construyó dos terminales de regasificación de gas natural, lo que permitió comprar a países distintos a Argentina. Además se levantó un parque de generación a carbón y, finalmente, se impulsó el desarrollo de energías renovables no convencionales, como la eólica y solar.