La inflación rápidamente se transformó en un problema. La mayor liquidez presente en la economía sumado a los factores externos como el precio del petróleo hicieron que el IPC alcanzaran niveles no visto en 13 años.
Y todo indica que esto se mantendrá durante buena parte de 2022 e incluso hacia 2023. Así lo describe al menos el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre.
En el escenario central, la inflación anual subirá hasta 6,9% en diciembre del 2021 y permanecerá en torno a 7% en la primera mitad del 2022. En lo que respecta a la inflación subyacente —sin volátiles—, se espera que los procesos de indexación habituales durante los primeros meses del año —como en educación y salud—, llevarán a que aumente a valores algo sobre 6% en el segundo trimestre del 2022.
Así, a partir de la segunda mitad del 2022, la inflación comenzará a descender para situarse en 3,7% en diciembre del próximo año (3,5% era la estimación anterior). Ya hacia 2023, el BC logrará nuevamente alinear la inflación al centro de su meta de 3%.
“La reducción del gasto fiscal es relevante en este resultado. El aumento de la TPM por sobre su nivel neutral también es un factor determinante en el descenso previsto para la inflación. Esto, en un contexto en que se estima que las presiones de costos internos y externos se irán moderando, reduciendo su influencia sobre la dinámica de los precios. La inflación subyacente también convergerá al 3% a fines del 2023″, subraya el BC.
Un aspecto que preocupa al BC es que las expectativas de mercado para la inflación han aumentado significativamente y en el corto plazo se ubican en valores similares a las proyecciones del escenario central. Estas han ido aumentando en respuesta a las sorpresas inflacionarias de los últimos meses y la depreciación del peso. A diciembre del 2021, tanto la inflación anual que se desprende de la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) de diciembre, como de los precios de los activos financieros, en particular de los seguros de inflación, se ubica en torno a 7%.
Se destaca que a uno y dos años plazo, las expectativas privadas prevén una moderación de la inflación, pero la ubican por sobre las proyecciones del escenario central. Así, las perspectivas contenidas en la Encuesta de Expectativas Económicas, en la Encuesta de Operadores Financieros previa a la Reunión de Política Monetaria de diciembre y los seguros de inflación la sitúan entre 4,8% y 4,9% en un año. A dos años, las compensaciones inflacionarias y las encuestas (EEE y EOF) se ubican entre 3,5 y 4,2%, para llegar a valores en torno a 3% en 35 meses según la EEE.
¿Y la tasa de interés?
El Consejo elevó la TPM en 250 puntos base entre su Reunión de octubre y diciembre, llevándola hasta 4,0%, con lo que la ha ubicado por sobre lo previsto en el escenario central del IPoM de septiembre. “El ajuste más rápido de la política monetaria responde a la intensificación de las presiones inflacionarias, en un contexto que la variación anual del IPC ya se acerca a 7%. Esto, principalmente, por el elevado dinamismo de la demanda interna, que ha llevado a que la brecha de actividad, después de cerrarse rápidamente hacia mediados de año, se ubique en niveles mucho más positivos que lo esperado en la segunda mitad de este y principios del próximo”, menciona el IPoM.
El Informe supone que la política fiscal se ejecutará de acuerdo con el presupuesto aprobado para 2022 y la trayectoria de convergencia allí delineada. Esto implica una caída significativa del gasto, derivada del término de los programas masivos de transferencias motivados por la emergencia sanitaria. Con ello, se producirá una reducción importante del déficit fiscal efectivo y estructural para el próximo año.
En el escenario central, el Consejo estima que, para asegurar la convergencia de la inflación a la meta, la tasa de política monetaria (TPM) seguirá aumentando en el corto plazo, ubicándose por sobre su valor neutral nominal —aquel que es coherente con la meta de inflación de 3%— durante gran parte del horizonte de política de dos años.
Durante los últimos meses, varios indicadores de expectativas muestran que, pese a esperarse una moderación de la inflación en plazos más largos, esta aún se ubicaría por sobre el 3% en el horizonte de política de 24 meses. Hasta ahora no hay evidencia de que ello esté afectando la formación de precios, lo que, unido a la significativa desaceleración prevista para la economía y una política monetaria que seguirá respondiendo a los cambios de escenario, es suficiente para garantizar la convergencia de la inflación dentro de los próximos dos años. No obstante, en un escenario donde las expectativas de inflación se mantengan elevadas y dificulten la convergencia de la inflación en el horizonte de política, serán necesarias mayores alzas de la TPM en el corto plazo.