Más de 100 relatores serán parte del InnovaSummit, un evento relacionado al Corporate Venture Capital (CVC) a nivel latinoamericano, que se realizará en Santiago el 30 y 31 de agosto en CentroParque. Ese concepto refiere a la forma en que las grandes empresas apoyan a las startups con capital de riesgo y otros elementos como mentorías, relaciones de negocios y redes. Es una pieza dentro del puzzle del ecosistema de emprendimiento que crece cada vez más y entusiasma a compañías y family offices.
Uno de los capitales de riesgo que se ha especializado en el mundo de los CVC es Bluebox. De origen mexicano, ha logrado levantar inversión para startups de toda la región. Esa es su definición: unir a corporaciones con las startups. El mexicano Juan Pablo Sánchez, su CEO y cofundador, será uno de los principales speakers de InnovaSummit. “Ya estamos entrando a una normalidad. En 2021 y 2022 se creó la percepción de que el dinero era de fácil acceso y con rondas de capital con valoraciones excesivas. Y eso cobró factura, principalmente para algunos inversionistas”, comenta Sánchez desde Ciudad de México sobre el panorama actual de capital de riesgo.
¿Y cuál es la posición de los venture capital (VC) que se entusiasmaron?
-Hoy están en una perspectiva de moldear, de esperar y aguantar a que de estas startups empiecen a justificar esas valoraciones que mostraban. Todo esto da una percepción de que el acceso a capital está siendo más complejo. Pero, en el fondo, es porque los VC están tomando decisiones de forma más cautelosa. Pero tampoco hay que ser catastróficos. El capital se está moviendo mejor si lo comparamos contra el periodo previo a pandemia.
¿Cuáles son los elementos fundamentales que están mirando los inversionistas de riesgo en este período de ajuste?
-Todo depende de la etapa en que está la startup. Si esta es más temprana, les preocupa que estén solucionando una problemática tangible, real y que se centre en una oportunidad de mercado gigantesca. Inclusive, de varios billones de dólares. Esto, para aumentar las probabilidades de éxito. Y aquí el equipo es clave, así como los fundadores, ya que al final es el principal promotor del hacerse del capital. También ponderamos mucho las relaciones que ha construido en el camino.
¿Y en las otras etapas?
-Cuando ya hablamos de rondas serie A hacia delante, empezamos a analizar los resultados tangibles que han construido. Cuál es el producto del servicio que se tiene definido y cuáles son las métricas que ha logrado alcanzar. Esto, siempre robustecido por el equipo y que la problemática sea relevante para el mercado.
¿Y con respecto al tipo de industria? ¿Cuáles son las más atractivas en este momento en América Latina?
-Hay una muy relevante que hemos estado explorando, que es el área de movilidad. Latinoamérica está con grandes retos de movilidad. Vas a Bogotá y este tema es un caos, al igual que Ciudad de México. Bueno, en Santiago no pasa eso, pero sí hay muchos desafíos de movilidad interurbana, como fuera de las ciudades. Y esta industria de alguna forma dice relación también con la logística. Ahora, hablando de tipo de tecnología, es innegable el poder de la inteligencia artificial (IA). Pero hablo de la real y tangible. O sea, de data tecnológica que utilice los algoritmos adecuados para que se tomen decisiones en diversos sectores.
¿Pero no es también un poco “de moda”, tomando en cuenta, por ejemplo, la popularidad de ChatGPT?
-Puede ser, pero ahora está de moda todo lo que tiene que ver con los chat y con la IA generativa. Seguramente seguirá aumentando hasta que llegue a un peak donde, en unos años más, se pasará a una etapa de desilusión. Seguramente en cinco años más digamos: “Ah, no era tan impactante”. Y los que logren sobrevivir, van a impactar en la productividad de la industria. Entonces, hay que ser cuidadosos porque nos encontramos, definitivamente, en una etapa de alta expectativa. Sin embargo, creo que esta tecnología sí puede llegar a tener un impacto sumamente fuerte en las industrias con las que colaboramos.
La sustentabilidad también es un tema que lo vemos frecuentemente en las startups. ¿Cuál es su mirada pragmática como CEO de un VC? ¿Cuánto hay de moda y cuánto de negocio real?
-Creo que la sustentabilidad es una necesidad prioritaria para las estrategias corporativas de grandes empresas. Todos tienen objetivos trascendentales. Y ahí, creo que hay grandes oportunidades para las startups. No creo que se vaya a monetizar en el corto plazo, sino en dos, tres o incluso cinco años más, lo que obliga a los emprendedores a no desilusionarse en este camino donde todavía los corporativos están explorando tecnologías en esa área.
¿Podría dar algunos ejemplos más específicos?
-Por ejemplo, temas de medición de CO2, reducción de desperdicios en la industria alimenticia y desarrollo tecnológico, en general, en áreas de sustentabilidad. También veo en el mercado asiático retos de sustentabilidad en los grandes corporativos.
El tema del Corporate Venture Capital está en el ADN de Bluebox. ¿Cómo están las grandes compañías latinoamericanas involucrándose en esa área?
-Ya se empiezan a ver grandes casos de éxito donde las grandes compañías invierten en startups, pero creo que el desafío está con respecto a los montos de inversión que en la región aún no son muy relevantes. Los corporativos aún invierten montos pequeños.
¿Por qué?
-Porque aún están tentando el agua. Pero en la medida que empiezan a tener más confianza, incrementan sus tickets de inversión. Pocos corporativos administran hoy fondos de riesgo de US$50 millones en América Latina. Son contados con los dedos de mis manos. Pero eso es un monto pequeño si lo comparo con los fondos de Corporate Venture Capital estadounidenses. Entonces, es algo en crecimiento, pero aún no existe una consolidación.