El pasajero quiere un aeropuerto eficiente y ágil. Y lamentablemente muchos de los diseños de los aeropuertos de Chile no han estado con esa visión", dice el CEO de Sky Airline, Holger Paulmann. Por ello, el principal ejecutivo de la aerolínea nacional de bajo costo ve una oportunidad en la segunda ampliación del terminal aéreo de Santiago que planea gatillarse en 2023 y que estaría lista en 2030, la de plasmar en el diseño los dos atributos que en su opinión son los que buscan los clientes: bajos precios y confiabilidad.

"En la autoridad hay más apertura de poder conversar con los operadores, porque tradicionalmente ha hablado con un solo operador y en base a eso se ha hecho el diseño de los aeropuertos. Eso es parte del error que hay hacia atrás, porque si hubiesen hablado con nosotros en esa oportunidad habríamos tenido proyecciones de crecimiento mucho mayores de las que ellos asumieron", critica.

¿Esta es la oportunidad de diseñar un aeropuerto que se ajuste a la nueva industria, donde las aerolíneas low cost ganan cada vez más terreno?

-Claro, porque ese es el tipo de pasajeros que más va a crecer en Chile en las próximas décadas. Tiene que tener ese concepto metido. Diseñemos un aeropuerto que nos permita bajar los costos a los pasajeros y trabajemos desde esa base. Por otro lado, todo el sistema de transportes tiene que mejorar. Hay oportunidades de poder conectar el transporte aéreo con el Metro, con los buses interurbanos y hacer un hub grande de conectividad en la zona donde está el aeropuerto que incluso incluya el tren que uniría Santiago con Valparaíso. Hay una oportunidad que como país no nos podemos farrear en este nuevo diseño del aeropuerto que tiene que incluir intermodalidad de los medios de transporte.

¿Cómo han sido los primeros meses en Perú? En Chile tienen el 25% de mercado, ¿aspiran lograr lo mismo en Perú?

-Superamos las expectativas. Esperábamos estar el primer mes con 83% de factor de ocupación y estamos 10% por arriba de las expectativas. Nuestra aspiración en Perú es ser la principal aerolínea low cost y la segunda entre todas las categorías.

Y esa meta, ¿cuándo proyectan alcanzarla?

-Esperamos al tercer año estar cumpliendo ese objetivo, operando con 15 aviones en Perú. Hoy estamos operando 7 rutas domésticas y estamos considerando abrir dos más este año. Tenemos 3 aviones y a fines de julio enviaremos el cuarto.

¿Cuándo ingresarán a un tercer país con vuelos domésticos?

-No lo tenemos establecido oficialmente, estamos estudiando, pero debiéramos estar operando en el tercer país antes de 2023.

Desde principios de 2021 vamos a tener una flota 100% A320Neo, es decir, completaríamos la transición de la flota, con los aviones más nuevos y modernos de prácticamente todo el mundo, lo que nos da pie a incluso aumentar la agresividad en materia de expansión hacia otros mercados. En los mercados en los que estamos, como Chile, nosotros no aspiramos a ser el número uno, pero sí un sólido número dos.

¿El siguiente país es Brasil?

-Es muy poco probable. En general las empresas chilenas no hemos tenido muy buenas experiencias en el mercado brasileño y es un tema que hay que tomar con mucho respeto y cuidado que simplemente ver una oportunidad económica y llegar y entrar. Hay oportunidades en otros países que son más parecidos al nuestro que nos va a permitir replicar el modelo de forma más ágil. Colombia está dentro de los países que estamos considerando.

¿Cómo financiarán esa expansión? Se habló de una salida en bolsa, ¿hoy se descarta?

-Sí, en realidad nunca estuvo dentro de la agenda. Tenemos pensado salir a la bolsa, pero en 3 o 4 años más, no antes que eso. Queremos llegar primero a niveles de facturación de US$1.000 millones y eso sucedería aproximadamente en 2023.

La transformaron hacia un modelo low cost, ¿se ha reflejado en un aumento en los ingresos?

-Sí, pero no mucho. El aumento de volumen ha hecho que los ingresos totales se mantengan en línea, porque hemos bajado fuertemente el costo unitario lo que nos ha permitido expandir el mercado. Estamos en esa transición todavía. Pero la nueva flota nos va a permitir bajar los costos en 25% más de lo que estamos ahora, con una operación mucho más eficiente, donde vamos a poder soportar una baja adicional de precios.

¿Aspiran convertirse en una aerolínea ultra low cost?

-A lo que aspiramos es tener una estructura de costos de una ultra low cost, pero con un servicio de una low cost, es decir, con una mejor experiencia al cliente. Ese es el plan que hemos ido logrando con el tiempo y con la nueva flota tendremos la estructura de costos más baja de la región.

El fallo del TDLC respecto a las alianzas de Latam, ¿marca un precedente en la industria aeronáutica chilena?

-Por un lado, nos escandalizamos de la colusión de las farmacias, pero por otro lado, no era un escándalo el ver una concentración más allá del 70% en el transporte aéreo. Y eso a mí no me cabe en la cabeza, cómo no nos dábamos cuenta que en realidad lo que se estaba proponiendo era colusión, donde un operador ampliamente dominante se iba a poder juntar con otros que también son dominantes en sus mercados para ponerse de acuerdo en precios y oferta, y obviamente, como resultado de eso no conozco ninguna industria donde exista una operación de colusión que tenga un impacto positivo ante los clientes. Y aquí la Corte Suprema veló como primera prioridad por el interés de los clientes y esa es la clave del fallo. Se habían hecho muchas promesas de mejoras potenciales para los clientes, pero si uno baja a ver lo que realmente se estaba por aprobar, era un nivel de concentración de mercado demasiado elevado, y que iba a permitir definir unilateralmente las reglas del juego dentro de la industria, y eso no es bueno para la competitividad.