Aunque el año pasado la inversión extranjera directa (IED) subió en varios países de América Latina, Chile se configuró como uno de las economías que terminaron por llevar el promedio regional a terreno negativo. Con US$6.419 millones, frente a los US$12.374 millones de 2016, la caída nacional fue de un potente 48,1%, del peor registro entre las principales economías de la región. Se trata, además, de la tercera baja anual consecutiva en la inversión extranjera en el país.

Así lo documenta el informe anual en la materia de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), donde también destacan los descensos de Brasil (-9,7%) y México (-8,8%), en contraste con las alzas observadas en Argentina (+253%), Bolivia (+116%) y Uruguay (+107%). De esta manera, el total regional muestra un retroceso de 3,6%, hasta los US$161.673 millones.

El descenso anual que anotó Chile llevó el flujo de IED a un nivel equivalente al 2,3% del PIB, cercano a lo visto en 1993. Para el organismo, el mediocre desempeño nacional en el último año de la administración de Michelle Bachelet se relaciona "con el descenso del precio del cobre entre 2011 y 2016, así como con el exceso de capacidad que se generó durante el período de precios altos", según detallaron en el documento.

En ese marco, también precisan que "en 2017 disminuyeron tanto las entradas de capital como los préstamos entre filiales, que por primera vez en 10 años anotaron un flujo negativo, lo que representa el comienzo del pago de la deuda contraída en el último lustro".

Sin embargo, conforme mejora el valor del cobre y las perspectivas de crecimiento de Chile, en 2018 ya se aseguró un repunte de la inversión extranjera directa.

Según datos de InvestChile, en el primer trimestre del presente ejercicio se registró un avance de US$6.875 millones, superior al total de 2017.

"Indudablemente, es un monto que está relacionado con operaciones de gran envergadura en el país, lo que es parte de lo que hoy ofrecemos: un país líder, conectado, con talento, con instituciones sólidas, y con un Estado que se está modernizando para facilitar la llegada de inversionistas extranjeros y nacionales, apuntando a dinamizar nuestros mercados y crear empleos", indicó Ian Frederick, director (s) de InvestChile.

Entusiasmo de China

Más allá del retroceso de toda América Latina, la Cepal destaca que considerando las fusiones y adquisiciones completadas durante 2017 "China fue el mayor inversionista en la región". Aunque detallan que la potencia asiática se posicionó en sexto lugar en cuanto a la cantidad de operaciones (completaron 15 en el año), su magnitud en torno a los US$18.000 millones representó el 42% del volumen.

Chile no es ajeno al fenómeno. De acuerdo con InvestChile, actualmente hay 19 proyectos con empresas chinas. De esos, 11 están en cartera y 8 ya están en fase de materialización. La gestión de estos 19 proyectos implica US$1.733 millones en monto a invertir y 2.365 empleos a generar.

Algunos ejemplos del arribo de inversión china al país es China Railway, que abrió oficinas en el país en enero del año pasado, y Bank of China, que en abril de 2017 obtuvo la autorización para la instalación de una agencia. El entusiasmo ha persistido en 2018, con China Southern Power Grid International y su adquisición del 27,7% de Transelec por un monto estimado de US$1.300 millones en enero, y Three Gorges Corporation, que concretó la adquisición de una central hidroeléctrica en el Bío Bío.

"Es evidente que estamos en una nueva etapa, en que las empresas están concretando sus operaciones en nuestro país y no solo prospectando nuestro mercado. Esto se ha traducido también en la instalación de agencias de bancos chinos, como el China Construction Bank y el Bank of China, que seguramente servirán de plataforma para sus inversiones, tanto en la instalación de nuevas empresas, como en la adquisición de compañías en distintos sectores", señaló Frederick.

Su opinión es compartida por Mauricio Benítez, director internacional de BMO Chile que ha visto desde Shanghai el interés en nuestro país. "Luego de suscripción del tratado de doble tributación que entró en vigencia el 1 de enero de 2017, ya comenzó realmente a ingresar inversiones que se están viendo en todo tipo de industrias", indicó.

"En un comienzo Chile siempre se conoció por su gran minería, cobre y por el vino. Sin embargo, los chinos hoy ven más que eso, ven posibilidades de efectuar proyectos grandes de energías renovables no convencionales, tanto hidroeléctricas como eólicas y paneles solares. También les interesan los proyectos de licitaciones, en caminos, puertos, carreteras. Ya vemos chinos participando en licitaciones, eso antes no se veía", detalló Benítez.