En el marco del Foro Santiago 2041, realizado la semana pasada en CasaPiedra, un concepto se destacó por sobre los demás: Acupuntura Urbana. Muchos asistentes escucharon extrañados, pero varios ya conocían esta tendencia, que comienza a entusiasmar a autoridades, arquitectos y urbanistas chilenos.
Esta metodología para diseñar o reformular barrios y espacios, considera a las ciudades como organismos vivos, los cuales necesitan de intervenciones rápidas en puntos concretos, para superar las deficiencias de infraestructura y mejorar la calidad de vida. Curitiba (Brasil), Taipei (Taiwán) y Hamar (Noruega), son algunas de las urbes más destacadas en esta materia.
Se trata de una teoría de ecologismo urbano que combina el diseño con la filosofía de la tradicional medicina china. Se caracteriza, principalmente, por sus actuaciones rápidas. Es decir, en cuestión de días o unas pocas semanas, lo que permite además, evitar los tradicionales obstáculos burocráticos.
La acupuntura urbana fue popularizada por Jaime Lerner, quien fue alcalde durante tres mandatos de Curitiba, capital del Estado de Paraná (Brasil). El ex edil desarrolló el Plan Director, doctrina que se caracterizó por su flexibilidad, lo que permitió dejar la puerta abierta para que esta estrategia fuera revisada y ajustada en el tiempo. Bajo este eje conductor, Curitiba comenzó un proceso de regeneración de barrios y espacios públicos. Se peatonalizaron ejes viales en menos de 72 horas y reutilizaron espacios abandonados para otros usos, como teatros callejeros o zonas de juego.
Pero a pesar de que la experiencia brasilera ocurrió hace varias décadas, recién en los últimos años comenzó a entrar con más fuerza en otros países el concepto de acupuntura urbana. Un ejemplo es Taipei, capital de Taiwán, que destaca por su rápida reutilización del espacio público en abandono. Además, ha llevado a cabo proyectos como jardines comunitarios y granjas urbanas.
Lo mismo ocurrió en Hamar, en Noruega, que aplicó el modelo de "Ecosistema Urbano" o "NetworkingDesign", con experiencias de infraestructura urbana como en las zonas de Creamhamar, Dreamhamer y Playhamar, entre otras.
"Se trata de un tipo de urbanismo que ha venido creciendo bastante a nivel mundial en la última década. Son intervenciones muy significativas y que recogen de manera precisa los requerimientos de las propias comunidades. A diferencia de lo que existía antes, que establecía los proyectos desde las instituciones hacia la gente, la acupuntura urbana nace desde las personas hacia arriba", explica Pablo Fuentes, presidente del Comité de Desarrollo Urbano del Colegio de Arquitecto y académico de la Universidad San Sebastián (USS).
Proyectos locales
La acupuntura urbana considera tres aspectos centrales como las bases de su estrategia: los catalizadores de cambio, que son aquellos espacios críticos que tengan un potencial de transformación; pequeña escala, proyectos acotados y de bajo costo; y prioridad para los espacios públicos, considerando parques, plazas, terminales y mercados, entre otros.
A pesar de que aún existe un largo camino por recorrer, Santiago ha presentado algunos avances al respecto. Por ejemplo, desde diciembre del año pasado la tradicional calle Bandera fue peatonalizada, lo que permitió que los habitantes del centro pudieran acceder a nuevos espacios y mobiliario urbano.
También se destacan las Plazas de Bolsillo. Esta iniciativa partió en 2016 con una intervención en Morandé 83, a sólo unos pasos de La Moneda. La instalación, que incluye carros de comida y zonas verdes, ocupa un espacio que se encontraba en abandono ubicado entre la Intendencia Metropolitana y el Ministerio de Obras Públicas (MOP).
"Paralelamente a la inauguración de la primera Plaza de Bolsillo, en Concepción, se hizo un proyecto que se llamaba la Nano Plaza de Barros Arana. Esto, en el centro de la ciudad. La iniciativa recuperaba de manera sensible espacios residuales de esa calle y que más tarde fueron habilitados como zonas para el uso de la población", señala Fuentes, quien también dirige la iniciativa Ciudad de Bolsillo.
Las autoridades locales están trabajando en un proyecto para impulsar la acupuntura urbana en Santiago, iniciativas que se complementarían con el concepto de "corazones de barrio", que apunta a la integración urbana. "Queremos hacer puntos de acupuntura urbana, para activar ciertos focos de energía en la ciudad. Esto permitirá conectar y detonar a aquellos espacios que están en abandono y que generan externalidades negativas en los barrios", dice Karla Rubilar, intendenta Metropolitana.