Justo en el promedio del rango establecido por el Banco Central en el último Ipom, el Fondo Monetario Internacional actualizó sus proyecciones para Chile. El World Economic Outlook (WEO) publicado este martes elevó la previsión para el país desde 6,5% a 11% en el presente año, cifra con la que lidera el rebote postpandémico en la región, a diferencia de reportes anteriores y de otros organismo que dejaban a Perú a la cabeza.
Este fuerte aumento en la estimación de crecimiento impactó lo que se anticipa para el próximo año, ya que ahora ve un alza de solo 2,5%, por debajo del 3% previsto en abril pasado y también bajo el promedio latinoamericano de 3%.
Con todo, considerando desde inicios de 2020, entre las principales economías de la región, la chilena fue la más rápida en volver a los niveles prepandemia, según indica el FMI. Es más, durante este año solo Brasil y Colombia estarían nuevamente en niveles de PIB por encima de cierre de 2019. Y, al cierre de 2022, nuestro país seguirá siendo el de mayor recuperación, a pesar de la desaceleración esperada para ese ejercicio.
Respecto a las proyecciones para el presente ejercicio, si bien destaca el cambio que aplica a Chile, cabe destacar que las mejoras son generalizadas en la región. Argentina crecería 7,5% en lugar de 2,5%; Perú 10% en lugar de 8%; y Brasil 5,2% en lugar de 3,7%. De esta manera América Latina en su conjunto anotaría un avance de 6,3%, bastante más amplio que el de 4,6%, proyectado en el WEO de junio.
Entre las mayores economías planetarias el resultado es opuesto. El FMI reduce sus perspectivas para Estados Unidos, desde 6,4% a 6%; de China, desde 8,4% a 8%; de la zona euro desde 4,4% a 3,2%. Sin embargo, la peor parte de la lleva por lejos el Reino Unido, que pasa de un incremento del PIB de 5,3% a una contracción de 0,4%.
La proyección del mundo se ve reducida levemente desde 6% a 5,9% en 2021. De acuerdo al análisis del Fondo, esto obedece a que la recuperación mundial continúa, pero el impulso se ha debilitado, obstaculizado por la pandemia. Impulsado por la variante Delta altamente transmisible, el número de muertos mundial registrado por COVID-19 ha aumentado cerca de 5 millones y abundan los riesgos para la salud, lo que impide un regreso completo a la normalidad”.
En ese marco, subraya que “los brotes pandémicos en eslabones críticos de las cadenas de suministro mundiales han provocado interrupciones del suministro más prolongadas de lo esperado, lo que ha alimentado aún más la inflación en muchos países. En general, los riesgos para las perspectivas económicas han aumentado y las compensaciones políticas se han vuelto más complejas”
De todas maneras, para 2022 el FMI mejoró su estimación desde 4,4% hasta 4,9%. Lo anterior se explica por las mejoras que en 2022 se hace a las proyecciones para Estados Unidos, de 3,5% a 5,2%, y la zona euro, de 3,8% a 5,9%. En tanto, para China se mantiene la estimación anterior de un alza de 5,6%.
En este caso, América Latina es la que va en la dirección opuesta, al ver levemente reducida su previsión desde 3,1% a 3%. Entre sus principales economías, además de Chile que pasa de 3,8% a 2,5%, se recorta la estimación para Brasil y Perú, hasta 1,5% y 4,6%, respectivamente.
Transformación verde
El Fondo ofrece para Chile positivas perspectivas para el largo plazo, en base a la demanda de metales para la transformación verde.
Según detalla, “en el escenario de emisiones netas cero para 2050 de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el consumo total de litio y cobalto aumenta en un factor de más de seis, impulsado por la demanda de energía limpia, mientras que el cobre se duplica y el níquel se cuadruplica en el consumo total”.
En ese contexto, el FMI asegura que “el suministro de metales está bastante concentrado, lo que implica que algunos de los principales productores podrían beneficiarse”. En ahí donde destaca a Chile como uno de los ganadores, dada su producción y reservas de cobre y litio; junto a Australia, por litio, cobalto y níquel; y Republica del Congo, por cobalto. Este efecto sería menos potente en Perú, Rusia, Indonesia y Sudáfrica.
Inquietudes globales
Es así como el organismo liderado por Kristalina Georgieva establece que “la peligrosa divergencia en las perspectivas económicas entre países sigue siendo una gran preocupación”. Además de las diferencias en las proyecciones, con eso apunta a las disparidades en la vacunación.
“Si bien casi el 60% de la población de las economías avanzadas está completamente vacunada y algunos reciben ahora inyecciones de refuerzo, alrededor del 96% de la población de los países de bajos ingresos sigue sin vacunarse”, destaca el WEO.
Por otra parte, el FMI pone acento en el “desafío político” que están plantando las interrupciones del suministro. Lo anterior, debido a que “por un lado, los brotes pandémicos y las alteraciones meteorológicas han provocado una escasez de insumos clave y han reducido la actividad manufacturera en varios países. Por otro lado, esta escasez de oferta, junto con la liberación de la demanda reprimida y el repunte de los precios de las materias primas, han provocado que la inflación de los precios al consumidor aumente rápidamente”.
Como si no bastara con esas preocupaciones, el FMi indica que el cambio climático es otro factor que exacerba las divergencias económicas. Así, plantea que “el esfuerzo multilateral concertado para asegurar una liquidez internacional adecuada para las economías limitadas y la implementación más rápida del marco común del Grupo de los Veinte para reestructurar la deuda insostenible ayudarán a limitar estas divergencias”.