El escenario cambio drásticamente. El estallido social hizo modificar las proyecciones de crecimiento para Chile. Y si bien se esperaba una menor expansión, el Banco Central dio un duro baño de realidad. La crisis social y los disturbios en los últimos 51 días, han tenido un fuerte impacto en la economía.
Para 2019, la previsión pasó de un rango de 2,25%-2,75% de septiembre, a apenas 1%, mientras que para 2020, la reducción fue del rango previo de 2,75%-3,75% hasta un magro 0,5%-1,5%. Para 2021 se volvería a tasas mayores de 2,5%-3,5%, pero siempre inferiores a la previsión anterior (3%-4%). Con este ajuste, el país completará una expansión promedio de 2% entre 2014 y 2021.
Pero este ajuste en el crecimiento tiene otras repercusiones para el país: en 2020, Chile ocupará el último lugar entre los países de la Alianza del Pacífico, que reúne además de Chile, a Colombia, México y Perú. En 2018, el país había recuperado la primera posición, pero de allí en más comenzó su senda descendente.
A nivel de la región, el ajuste también provocará efectos: en términos futbolísticos, Chile peleará los últimos lugares en 2020, ya que se situará entre los últimos países de menor crecimiento, y solo superará a Ecuador (0,5%); Argentina (-1,7%) y a Venezuela (-7,5%). En la parte alta de la tabla de posiciones y encabezando la lista se situará Paraguay con una expansión de 3,8%, seguido por Bolivia con 3,5% y Perú con 3,3%.
El economista jefe de Bci, Sergio Lehmann, sostuvo que "veremos una economía muy debilitada, con un muy escaso crecimiento hacia 2020. Ello va a derivar a un incremento en el desempleo, y por tanto en el bienestar social en Chile. La pobreza mostrará un aumento en lo próximo, recogiendo los costos del bajo dinamismo que exhibirá la economía".
Este menor crecimiento también mermará la recaudación tributaria. De acuerdo a cálculos de la académica de la Universidad de Los Andes, Cecilia Cifuentes, afirmó que la reducción en el crecimiento tendrá un impacto en la recaudación tributaria. "El BC redujo su estimación para 2020, de un rango centrado en 3,25% a un rango centrado en 1%., lo que tiene un impacto en recaudación tributaria en torno a US$ 1.200 millones", señala la economista. No obstante, puntualizó que "el aumento del tipo de cambio, que favorece la recaudación minera, atenúa en algo este impacto, por lo que estimo que el efecto neto es cercano a US$ 1.000 millones menos".
Otro efecto concreto que provocará la menor expansión es una reducción en el PIB per cápita tanto en términos reales, como en dólares, a lo estimado anteriormente por el FMI.
"Considerando algunos otros supuestos adicionales a los del último Ipom, se puede estimar una caída de alrededor de US$1.500 en el PIB per cápita de 2020 en dólares corrientes y de US$2.500 medido a Paridad de Poder de Compra", afirmó Nicolás Birkner, director de estudios económicos CorpResearch. Es decir, si para 2020 el FMI esperaba que Chile tuviera un PIB per cápita de US$27.150, ahora sería del orden de US$24.650.
Erik Haindl, académico de la Universidad Gabriela Mistral, tiene una mirada más pesimista que la que entregó el Banco Central. Para él, la actividad se contraerá 3% el próximo año y por ende anticipa un aumento en los niveles de pobreza y desigualdad. "El shock sobre la inversión ha sido muy fuerte y, por ello, es probable que la situación de complejidad se mantenga por varios meses. El Informe de Política Monetaria fue más optimista de lo que yo estoy previendo", complementó el economista.
Cifuentes acotó que el panorama para el próximo año es "incierto, no solo por los hechos de violencia, sino que también por la incertidumbre que se mantendrá abierta ante los cambios a la Constitución".
Lehmann pone otro foco de atención: el PIB potencial. De acuerdo al economista, debido a la caída en la inversión, así como por una tasa de desempleo natural o de equilibrio más alta de la que el país tenía hace unos meses atrás, "el crecimiento potencial de la economía chilena será más bajo. Preliminarmente lo vemos hoy en 2,5%, casi un punto por debajo de lo que se estimaba antes de la crisis social".
Para sortear con relativo éxito esta coyuntura, el experto planteó que "es clave dar señales de estabilidad y reforzar la institucionalidad que se ha visto debilitada con la crisis. Es importante, además, retomar la propuesta de mayor flexibilidad en el mercado laboral, de forma de moderar los efectos en el empleo".