Chileno que trabaja con Piketty en datos de desigualdad: “Chile se ubica en el podio a nivel mundial de los países más desiguales”
Ignacio Flores, coordinador para América Latina del World Inequality Lab, explica por qué los datos de Casen no son suficientes para medir la desigualdad y la concentración de los ingresos.
Hace dos semanas, el World Inequality Lab, entidad liderada por el economista francés Thomas Piketty, actualizó los datos de desigualdad para muchos países del mundo, incluyendo Chile, y los resultados no fueron muy alentadores.
Según el trabajo, que toma en el caso nacional datos de la encuesta Casen, pero también del Servicio de Impuestos Internos y de Cuentas Nacionales, la concentración de la riqueza en el país prácticamente no se ha movido en los últimos 20 años. El último registro arroja que el 1% más rico de Chile concentró el 27,8% de los ingresos del país en 2019. La cifra es 4,2 puntos porcentuales menor al peak de 2003 y 0,8 menor que el promedio de las últimas dos décadas, pero superior al 26,5% de 2000.
El coordinador para América Latina del World Inequality Lab, el chileno Ignacio Flores, cuenta aquí la importancia de tomar en cuenta estos datos y por qué hay que ir más allá de la Casen:
¿Por qué es relevante esta metodología que usan para medir la desigualdad?
Porque hoy en día con el estado de las cosas que hay, con la encuesta casen, por ejemplo, es imposible responder a preguntas que parecen muy básicas. Cómo se ha distribuido el crecimiento económico en el país. Si se dice “el PIB de Chile crece al 1%”, no existe un dato que te permita distribuir ese 1% de crecimiento en toda la población. Lo que pasa es que la desigualdad se ha medido, hasta ahora, sobre la base de encuestas a hogares. El total de ingresos que se declaran en Casen llega a un porcentaje que es entre 40% y 50% del PIB chileno. La pregunta que sigue es “bueno, y qué pasa con el resto, dónde está”. Ahí es donde entran el tipo de nuevas metodologías que nosotros estamos utilizando, que lo que hacen es tratar de usar la mayor cantidad de datos disponibles, es decir, no solo la encuesta Casen, que sí la estamos usando, pero que la estamos complementando con datos del Servicio de Impuestos Internos, que nos permiten capturar los estratos más altos de la población, los más ricos. Y estamos utilizando también los datos de Cuentas Nacionales, porque ahí hay una literatura bastante larga que muestra que en las encuestas a hogares, distintos tipos de ingresos no se capturan de la misma manera, entonces no es lo mismo los ingresos por sueldo que los ingresos de rentas, por ejemplo. En general las rentas están mucho peor calculadas. Esa es la serie de ajustes que nosotros estamos haciendo, y por eso es que se observan cambios en términos de niveles y de tendencias también.
¿Cambios en relación a la Casen?
Exactamente, los datos más oficiales
Con los datos que muestran no se han movido nada de concentración de riqueza en los últimos 20 años…
A mí lo que me parece más interesante es ver cómo se desconecta la encuesta con lo que nosotros encontramos. Hay varias explicaciones para esto que de alguna manera están bien fundamentadas. Si se toma el PIB dentro de un país puedes distribuirlo entre cuáles son los ingresos que van a remunerar el capital y cuáles remuneran el trabajo. En Chile ha aumentado la proporción a los ingresos del PIB que remuneran al capital, entonces eso de alguna manera genera mayor concentración de recursos. En Chile, que es un caso que conozco bien porque soy chileno, yo no diría que la encuesta Casen se equivoca, en el sentido de que sí ha disminuido la desigualdad en el mercado laboral, que es lo que puede medir bien la Casen. Ahora, creo que esa disminución de la desigualdad en el mercado laboral no fue suficiente para cambiar la tendencia cuando existe un aumento en la concentración de los ingresos del capital, que es lo que nosotros observamos cada vez que estamos haciendo estas correcciones e imputaciones. Entonces, veo que hay dos fuerzas que van en sentidos opuestos y que terminan por balancearse.
¿Estos datos son antes de impuestos?
Las definiciones que manejamos acá son hasta ahora pre tax, de todas maneras; en un futuro cercano vamos a sacar post tax. Ahora, en Chile, en los estudios que se han hecho antes, la diferencia entre la distinción pre y post tax es poquita.
¿El ajuste podría hacerse en ese momento, si hay políticas que distribuyan con impuestos?
Ambos tienen una relevancia dependiendo de lo que uno esté estudiando, ambos tienen interés, lo tenemos en la agenda y lo vamos a estimar. Es por una razón de tiempo no más que no lo hemos podido publicar, porque eso tiene cierta complejidad en términos de hacer ciertas estimaciones que requieren una mayor capacidad computacional. En el laboratorio que manejamos somos pocas personas, trabajamos mucho, pero no hemos llegado a hacerlo todo tan rápido como quisiéramos.
¿Es clave entonces el rol de los impuestos para la redistribución?
Claro, hay grandes diferencias entre las desigualdades del mercado y las que vienen luego después de la redistribución. Pero como comentamos antes, en la OECD los estados que hacen eso logran disminuir la desigualdad, y en América Latina en general, aparte de Uruguay, no hay otros países que tengan un impacto mayor en ese tipo de redistribución.
¿Cómo se puede mejorar?
El rol de nosotros como bases de datos es entregar este tipo de informaciones a la población para que luego este tipo de debate se den de manera informada. En ese sentido, uno puede tener cierta opinión; hay gente que políticamente va a preferir hacer redistribución de tal tipo, se van a concentrar en la dimensión racial de la desigualdad. Por ejemplo, de la desigualdad, se van a concentrar en hacer inversiones en hospitales, escuelas, hay muchas maneras de redistribuir. En ese sentido, yo creo que, por ejemplo, algo que nos parece bastante simple y poco arriesgado, es que compararse con países de la OECD, ver el tipo de sistema que tienen, el tipo de impuestos que tienen. Si por ejemplo uno compara los impuestos que existen al ingreso personal a Chile, son bastante bajos comparados con los países desarrollados. En Chile nada más el 15% de la población adulta paga impuestos, y las tasas efectivas del impuesto son bastante bajas. Entonces, en ese sentido hay un margen bastante amplio para generar recursos públicos, pero obviamente tiene que venir con una cierta inversión social detrás, cierto, porque no se trata de recaudar por recaudar, hay que tener un plan de gasto para ver cómo invertir esa plata. Se habla de gasto, pero creo que es más interesante hablar de una inversión.
¿Qué otros efectos ve?
Con los datos que sacamos ahora es fácil comparar con el resto de los países del mundo. Obviamente depende de los datos que uno esté mirando, pero Chile se ubica en el podio a nivel mundial de los países más desiguales, que es un récord bastante triste. Es fácil ver en Chile con los casos de corrupción que se han develado, hay una concentración de riqueza tal que permite cierta impunidad o que exista gente que pase por encima de la ley, que no sean ciudadanos iguales al resto, y eso encuentro que es bastante peligroso para la democracia. Que haya un nivel de concentración tal que se pierda la dimensión democrática de un voto una persona y lo que empieza a votar es la plata.
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