China entregó buenas noticias a los mercados, pero no todo lo buenas que ellos quisieran. Al cierre de la Conferencia Anual de Trabajo Económico, las autoridades del gigante asiático aseguraron que facilitaran los estímulos fiscales y monetarios suficientes para mantener el crecimiento 2019 dentro de un "rango razonable", pero se abstuvo de referirse al yuan, que en el año acumula una depreciación frente al dólar de 5,84%.

De acuerdo a la agencia estatal Xinhua, Beijing desplegará una "política fiscal proactiva que debe mejorar la eficiencia, implementar recortes de impuestos y reducciones de aranceles a mayor escala, y aumentar sustancialmente el tamaño de los bonos especiales del gobierno local". Así, se anticipan recortes de impuestos y reducciones de aranceles superiores a los cerca de 1,3 billones de yuanes (US$188.000 millones) que se autorizaron para este año.

Adicionalmente, Iris Pang, economista para la Gran China de ING, explica que también habrá emisiones de bonos especiales por parte de los gobierno locales, que llegarían a unos 3 billones de yuanes (US$435.000 millones). "Estos fondos apoyarán proyectos de infraestructura del gobierno local. Por ejemplo, algunas ciudades han revivido su plan para tener más líneas de metro", detalla en un informe a sus clientes.

Por otra parte, Xinhua agregó que se trabajará con una "política monetaria prudente, que no debe ser ni demasiado flexible ni demasiado estricta, manteniendo la liquidez suficientemente amplia".

Bajo estas condiciones, las autoridades chinas pretenden que la "inversión desempeñe un papel clave" en la mejora de la industria, la tecnología 5G, la inteligencia artificial y las capacidades industriales de Internet.

"Dar prioridad al crecimiento de China y entregar una respuesta política más clara en 2019, en relación con un intento poco entusiasta de estimular la economía en 2018, para estabilizar la desaceleración doméstica y mitigar la guerra comercial son buenas noticias", aseguran los analistas de la consultora Natixis tras conocer los planes del gobierno chino, agregando que esperan que "que China amortigüe con éxito su desaceleración estructural y se expanda en un 6.3% en 2019".

Dudas del mercado

La respuesta al contundente respaldo que prestarán las autoridades a la actividad del país, no tuvo la respuesta de los mercados que podría esperarse. Con el peso de los retrocesos de Wall Street en la jornada previa, las bolsas de China operaron todo el día en rojo, marco donde el CSI 300 y Shanghai cerraron con descensos de 1,24% y 0,79%, respectivamente.

El mercado de divisas prestó más atención a las decisiones tomadas en la Conferencia Anual de Trabajo Económico, pero allí tampoco hubo buenas noticias para China.

El yuan externo anotó una depreciación de 0,35% frente al dólar, cerrando en 6,92, mientras que el Dollar Index consiguió u avance de 0,77%.

Este movimiento se explica por la falta de referencia a la moneda en las definiciones económicas del gobierno de cara a 2019. Así lo asegura Iris Pang, quien considera que esta ausencia "puede verse como una señal del gobierno de que permitirá que el USD /CNY cruce el control de 7 yuanes en 2019", agregando que no hay que olvidar el contexto de la guerra comercial, que hace "difícil evitar" que la moneda china siga cayendo. "Una vez que la tregua de la guerra comercial finalice después de 90 días, el yuan se depreciará aún más y podría pasar fácilmente a 7.0. Nuestro pronóstico es de 7.30 a finales de 2019", aseguró la economista de ING.