Estados Unidos y China habrían acordado una tregua en su agria disputa comercial en vísperas de la cumbre del G20, que se celebra este viernes y sábado en Osaka (Japón), informó hoy el rotativo independiente hongkonés South China Morning Post.
De acuerdo con este medio, que cita fuentes cercanas a los dos equipos negociadores, el acuerdo pondría en pausa una nueva ronda de aranceles estadounidenses a prácticamente todas las importaciones chinas por valor de 325.000 millones de dólares y se daría a conocer antes de la cumbre mediante comunicados en lugar de una declaración conjunta.
Asimismo, el objetivo de esta tregua en la guerra comercial, que las fuentes sugieren que duraría unos seis meses, sería reanudar las conversaciones para resolver la disputa de una vez por todas.
El medio indica que la condición que puso el presidente chino, Xi Jinping, para reunirse durante el G20 con su homólogo estadounidense, Donald Trump, es que éste detuviera su plan de poner en marcha aranceles adicionales a las importaciones chinas.
Este sábado, en el marco de la cumbre del G20 en Osaka (Japón) los dos líderes mantendrán un encuentro para desbloquear las fallidas negociaciones o al menos acercar posturas para que la situación no empeore.
"Pero la realidad es que Trump podría cambiar de opinión a última hora", afirma la fuente, que añade que "la tregua ya se ha cocinado" y que sería similar a la de tres meses alcanzada en la anterior cumbre del G20, que tuvo lugar en diciembre de 2018 en Buenos Aires.
rump reiteró este miércoles en Twitter que está "preparado" para imponer nuevos aranceles en caso de que fracase la reunión que mantendrá con Xi en Osaka, encuentro que tendría lugar el sábado a las 11.30 (02.30 GMT), de acuerdo con la Casa Blanca.
El 90% del acuerdo
Por su parte, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, afirmó ayer que ambas partes estaban "al 90 % del camino" de llegar a un acuerdo, y se mostró optimista sobre una "vía" para cerrarlo.
Las tensiones entre Washington y Pekín tienen sus raíces en el desequilibrio de la balanza comercial a favor de China, que exporta 419.000 millones de dólares más de lo que importa desde Estados Unidos.
Algunas diferencias parecen insalvables porque China no está dispuesta a cambiar leyes para que sus empresas estatales pierdan su ventaja contra las extranjeras y tengan que competir en igualdad, una de las peticiones de Trump.
Sigue sin haber tampoco una postura común en lo referente a los derechos de propiedad intelectual o a la transferencia forzada de tecnología, así como en materia de ciberseguridad.
El último capítulo del enconamiento del conflicto fue otra ronda de subidas de aranceles: EEUU los elevó al 25 % para 200.000 millones de dólares en importaciones chinas, a lo que Pekín respondió con 60.000 millones en nuevas tasas.