El interés de los chinos por hacer inversiones en Chile sigue tomando fuerza. El último hecho concreto fue la intención de la empresa estatal china State Grid por la compra de CGE, en US$ 3 mil millones. El proceso fue aprobado por la Fiscalía Nacional Económica (FNE) y está a punto de concretarse. Con ello se convertirá en el mayor actor del sector de distribución eléctrico chileno, con más de la mitad de los clientes. La misma firma compró hace un año Chilquinta, en US$ 2.230 millones.
Este interés por venir a Chile a hacer negocios tiene directa relación con el aumento que han mostrado las visas para inversionistas. De acuerdo con cifras del Servicio Nacional de Migraciones, entre 2014 y mayo de 2021 se han entregado 14.125 permisos de ese tipo, de este total 7.543 corresponden a ciudadanos chinos, lo que equivale al 53,4% del total.
En el desglose de las cifras se muestra que en 2014 se entregaron 825 visas de este tipo para los chinos, y en 2018 fue el peak con 1.325. En 2020 se redujo a 653 permisos. Muy por debajo le sigue Ecuador, con 1.444, y Venezuela, con 1.246. En 2021, China ha recibido 135 de las 317 visas otorgadas en esta categoría.
La visa para inversionistas tiene una vigencia de un año, pero es renovable por otro lapso igual o solicitar la permanencia definitiva. El director del Servicio Nacional de Migraciones, Álvaro Bellolio, explica que esta visa es temporaria, por lo que se puede pasar a una visa más común como para profesionales, sujeta a contrato o alguna otra, pero dado que cuentan con sustento económico, la mayoría postula a la permanencia definitiva antes de terminar la vigencia de la primera visa de inversionista.
Bellolio explica que la ventaja de esta visa es que tiene menos requisitos que otras más rígidas, como la sujeta a contrato, dado que no necesita un contrato notariado o cláusulas de viaje, además de permitir pasar a la permanencia definitiva al año de residencia. A su vez, señala que es una visa que también tiene “un alto interés de las áreas de recursos humanos de las empresas chinas inversionistas en nuestro país, y la colaboración de ministerios que fomentan la inversión, como Economía, Obras Públicas, Minería y Energía”.
“En general el gobierno chino, y su cultura, tiene una tendencia a alta rotación de sus ejecutivos”, explica Bellolio. “En el caso de la visa de inversionistas, se postula a la visa de inversionista cuando ya hay una empresa establecida en Chile (como los casos de empresas de construcción, banca, tecnología y telecomunicaciones), que es la mayoría de los casos, pero también se puede solicitar para nuevas ideas de negocios”, agrega.
En cuanto al perfil de quienes optan por estas visas en las primeras etapas de la inversión, son principalmente ejecutivos y profesionales para proyectos o consultorías específicas. “Usualmente en las primeras etapas de la inversión es más ejecutivos, pero una vez establecidos, la demanda es a la rotación de ejecutivos cada 2 o 3 años, y profesionales para proyectos o consultorías específicas”, dice Álvaro Bellolio.
El interés por Chile
El desembarco de los asiáticos en Chile no es reciente. Comenzó al menos hace cinco años, lo que coinciden con el mayor número de las visas para inversionistas entregadas a ciudadanos chinos entre 2016 y 2018.
Mauricio Benítez, director Internacional de BDO Chile y académico de la Universidad de Santiago, afirma que “la cifra que reflejan las visas hace sentido con lo que ha sido la relación con china durante los últimos años”, la cual se ha ido potenciando con el paso de los años.
Para Benítez, los principales sectores donde vienen a invertir son tres: recursos naturales, enfocado en energía renovable no convencionales, energías limpias como eólica; construcción, con foco en concesiones, donde han estado muy interesados en participar en esta área, y la tercera es la industria financiera.
Álvaro Bellolio explica que “China ha tenido una creciente participación en Latinoamérica, y Chile no es la excepción. Desarrollos tecnológicos y de infraestructura son prioritarios para el gigante asiático, y dadas las necesidades de Chile en estas materias estratégicas, ya llevan varios años invirtiendo en nuestro país, con resultados favorables para ambas naciones”.
En 2019, según cifras de la agencia estatal de promoción extranjera chilena, InvestChile, el crecimiento en el monto de los proyectos provenientes de China subió un 167%, hasta US$ 4.852 millones. El número de proyectos se elevó en un 55%, con 31 iniciativas registradas al cierre de 2019. De esta manera, el país oriental se situó como el principal inversionista extranjero, dejando atrás a Estados Unidos y Canadá.
En 2020, la trayectoria continuó alcista hasta el cierre del primer semestre. La cartera de proyectos originados en ese país sumaba US$ 4.470 millones, excluidos los más de US$ 3.000 millones comprometidos en la compra de CGE. Pese a este repunte, el año pasado terminó nuevamente en el tercer lugar con montos por US$ 3.891 millones.
Perspectivas
¿Se mantendrá el interés de China por el país? Es una pregunta abierta que no tiene una única respuesta. Álvaro Bellolio sostiene que “hay varios factores, como las expectativas de estabilidad dado los anuncios de la convención y de candidatos presidenciales que minimizan las quiebras o prometen aumentar los impuestos, disminuir la inversión extranjera y justifican la violencia”, no obstante acota que “la inversión china es estratégica en internalizar este tipo de riesgos, por lo que si bien es difícil estimar el aumento de la inversión a términos globales, la evidencia comparada demuestra que el interés de este país en Chile sigue siendo relevante”.
Mauricio Benítez puntualiza que “en un principio afectará, porque la incertidumbre estará presente, pero China cuando invierte se planifica para el largo plazo, de 10 años o más. Lo importante que quieren saber es si habrá certeza jurídica en un determinado plazo”.