Ante el panel de resolución de disputas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ayer China describió como infundadas las acusaciones de Estados Unidos, según las cuales Beijing obligó a compañías a entregar información de tecnológica a cambio de hacer negocios en la nación asiática.
En la disputa, que se constituye como otra de las aristas de la guerra comercial entre las dos mayores potencias económicas del planeta, Trump denuncia robo de tecnología por parte de los chinos. En base a esa acusación Washington anunció un plan para imponer aranceles por US$50.000 en contra de bienes del gigante asiáticos.
"No hay una transferencia de tecnología forzada en China", dijo tajante el embajador chino Zhang Xiangchen en la reunión del organismo multilateral.
"Según la posición estadounidense, China obliga a las empresas estadounidenses a proveer tecnología imponiendo requerimientos de una asociación conjunta, limitaciones en la participación accionaria extranjera y procedimientos administrativos para adquirir licencias", detalló Zhan. "Pero el hecho es que ninguna de estas medidas regulatorias requiere de transferencias de tecnología por parte de las empresas extranjeras", indicó.
El funcionario asiático agregó que el argumento estadounidense implica una "presunción de culpabilidad" y que algunas de las acusaciones constituyen "pura especulación".